El compromiso de La Navidad

El compromiso de la Navidad no es nada esotérico, ahora es un compromiso de familia, un compromiso económico, un compromiso quizás religioso o quizás un compromiso político, pero ha perdido la frescura del propio Cristo, del nacimiento de Cristo, lo que significa el nacimiento de Cristo en la cueva de Belén, que es el nacimiento del Cristo dentro del corazón humano, y esto se ha perdido.

Hace mucho tiempo que la historia es una cosa y la realidad mística es otra, por esto os habréis dado cuenta que hablo muy poco del Cristo histórico y deposito más interés en el Cristo místico —el Cristo interno—, debido a que la acumulación de datos históricos, como aplicada a cada uno de los escribas de los testamentos sagrados o de las sagradas escrituras, cada cual vivió en una época determinada, no dieron la nota típica que correspondía al Cristo místico o al hecho místico de la historia sino que se limitaron a emitir una serie de datos que luego se convirtieron en anclajes para la mente de los fieles, se adhirieron al Cristo histórico o a la ciencia histórica y se olvidaron del trasfondo místico, y a través del tiempo ya veis cómo se han convertido las fiestas de Navidad en unas fiestas donde todo es pensar en lo que se va a comer, en lo que se va a visitar, en los regalos, en estas cosas, y desde el ángulo esotérico esto no tiene valor alguno, es una cosa muy personal, y cada cual hace las cosas a su manera.