La zona neutra, fuente de inspiración espiritual

Decíamos anteriormente que hay en la naturaleza una increíble fuerza de origen cósmico, cuya fuente se halla en el interior de cualquier centro o vehículo de manifestación en el orden evolutivo de la vida humana. A la fuente productora de este poder le hemos asignado el nombre de “zona neutra”, pero si la examinamos profunda y científicamente, veremos que se trata en realidad de un espacio realmente “compensado” en donde cualquier tipo de reacción o de lucha ha prácticamente desaparecido, pero donde se ha creado una unidad de fuerza o de poder que es la suma controlada de las dos fuerzas de la polaridad.   Una zona neutra es en realidad un “intervalo creador” en la vida de la naturaleza, cualquiera que sea el lugar donde éste tenga lugar. Si lo aplicamos a la vida del ser humano deberemos lógicamente observarlo en la actitud psicológica y en las actividades desarrolladas a través de sus vehículos de manifestación, la mente, el vehículo emocional y el cuerpo físico. Un intervalo entre dos pensamientos, si es lo suficientemente extenso o dilatado, determina una zona neutra o vacía en la mente que permite la afluencia de ideas más abstractas o más sutiles. Tal es el principio de lo que ocultamente llamamos inspiración. Sin embargo, y contra el parecer de algunos pensadores, en la inspiración no hay esfuerzo. Si para captar una idea superior hay que esforzarse o poner en movimiento la dualidad mental que crea el pensamiento, la idea alcanzada no tendrá jamás la eximia cualidad y pureza de la inspiración. Podrá ser genial, aguda o profunda, pero carecerá del dinamismo vital de los espacios intermedios. Este concepto puede ser aplicado a la generalidad de la expresión del pensamiento, en donde muy rara y fugazmente afluye la luz de la inspiración, porque la mente carece de zonas neutras o vacías, sin apenas intervalos entre la desordenada actividad de los diversos pensamientos.

Extracto del libro “Magia Organizada Planetaria” Ed electrónica 1, pág 72