La Magia suprema del ser humano, el destino de su vida y su sendero de proyección cósmica se extiende conscientemente a través de aquel sutilísimo “hilo de luz” destilado de la mente del discípulo en proceso de integración espiritual llamado esotéricamente “Antakarana”, y va del Centro Ajna al Centro Coronario, es decir, desde el intelecto a la intuición (Conversaciones esotéricas).
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