El día 1 de Diciembre de 2007 se realizó una sencilla ceremonia en el campo para despedir las cenizas de Vicente Beltrán Anglada y Leonor Tomás Vives. Un grupo de amigos de diversas partes de España nos reunimos en una pequeña explanada al sol, entre el cielo y la montaña, formando un par de círculos, en silencio, respeto y reconocimento hacia esos dos seres que nos ofrecieron su compañía y enseñanzas.
Joan Martí sacó las urnas con las cenizas de Vicente y de Leonor, tomó un par de cucharadas de cada cual y las mezcló con agua del Ganges, para acercar de esta manera la presencia de los Himalayas a este acto. Seguidamente, unas breves palabras introductorias nos recordaron el propósito común al acudir a esta despedida, no tanto como recuerdo de estas personas, ya que en realidad no lo necesitan, sino como propia reafirmación de nuestro propósito espiritual; en nuestras manos está que el legado que con tanto amor se nos ha ofrecido adquiera una fuerza viva y pura por medio de nuestros actos y relaciones.
Seguidamente hicimos una meditación, donde recitamos la Gran Invocación, el mántram de Unidad y varios Oms. Luego, con esa mezcla de cenizas y agua, se nos realizó una señal circular en la frente y a continuación lanzamos una cucharada de cada una de las cenizas por nuestra espalda. Desaparecieron en el sol, el viento, la roca y la tierra los últimos vestigios materiales de dos seres que viven en la más absoluta entrega al propósito divino.
Con sus vidas alentaron el crecimiento de nuestra propia Luz, Amor y Voluntad, en total libertad. Quede nuestro agradecimiento y amistad como vínculo amoroso que nos inspire día día.
Que la Luz Liberadora del Buddha,
el Amor infinito del Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de Dios en la Tierra.