Interlocutor. – Si partimos de la esencia, ¿por qué al ser humano le cuesta tanto llegar a ella?
Vicente. – Precisamente porque nuestra mente está llena de conceptos intelectuales que enturbian la propia esencia, el propósito creador. Aquello que llamamos paz, realidad suprema, iniciación, son meras conceptos mentales y adoramos tanto los conceptos que hemos perdido de vista la realidad que origina cada concepto. El vacío es una palabra, constituye el problema con el que se ha enfrentado nuestra Mónada. Hablar del vacío creador significa que la creación solamente puede surgir de este vacío, o de la nada, cuanta más nada o vacío exista en nosotros, más creación, porque habrá más paz y comprensión de todo el orden cósmico. Pero, estas palabras son para vosotros, no para el más común de los mortales, porque estoy seguro de que en algunos momentos de comprensión profunda se ha realizado este vacío en cada uno de nosotros, y nos hemos espantado tanto al no encontrar nada donde cogernos que ha desaparecido este vacío, con la paz y plenitud. Entonces, por temor a la inseguridad del propio vacío, hemos creado otros sistemas de conocimiento, o hemos buscado en otro grupo, y así andamos, de grupo en grupo, de estructura en estructura, permaneciendo ligados a las organizaciones creadas por otros, sin darnos cuenta de que lo que estamos buscando está tan cerca de nosotros que casi nos resulta increíble, es tan solo un tamiz tan sutil que el separar esta barrera aparentemente tan sutil implica barrer todo lo que hemos acumulado desde que nacimos a la vida espiritual hasta el momento presente, y esto puede ser mucho tiempo. Al final, habremos barrido todo el pasado con sus tradiciones porque el pasado y el presente son cosas completamente distintas. Y el pasado, el conocimiento y la tradición, van creando o acumulando, materia sobre la estructura mental que se densifica cada vez más, se deforma hasta el punto de que solamente pensamos en el pasado, vivimos en el pasado y olvidamos constantemente el presente. Hay que estar muy atentos, ahora y aquí, para darnos cuenta de esta realidad. ¿Por qué hay un vacío?, porque al estar tan atentos, el pasado que crea karma, confusión y sufrimiento ha desaparecido, lo dejamos todo, y quedamos solos con nosotros mismos por primera vez en nuestra vida, y esto es lo mejor que le puede pasar a un ser humano, que se quede completamente solo consigo mismo, lo cual significa que se ha hecho cósmico, supremamente espiritual, y que se encuentra trabajando en los niveles donde se escancian los grandes licores o perfumes del Cosmos, se convierte en un Servidor de la Raza porque ha perdido por completo la idea separativa del “yo” o del «mí”. Todo esto ha desaparecido para siempre, solo queda la fragancia, esta fragancia, o radiación, que es lo que atrae a los demás hacia nosotros, que es la que nos vincula a los demás, que no trae ninguna confusión, y, por lo tanto, no trae problemas ni sufrimiento alguno porque todo queda impregnado de la Paz de Dios que se hace realidad a través de nosotros.
Conferencia 24 mayo 1986