Buscad el Reino de dios y su justicia, y lo demás os será dado por añadidura

Expongo estas razones mayormente para indicar a los impacientes aspirantes espirituales de nuestros días, que la llamada conciencia astral con el desarrollo de los poderes psíquicos no podrá ser auténticamente alcanzada si no se ha creado con anticipación un conveniente y robusto Antakarana que haya rebasado al menos las dos terceras partes del recorrido entre el centro Ajna y el centro Coronario, o sea, entre la glándula pituitaria y la glándula pineal, pues al llegar a este punto se supone que el aspirante puede controlar ya eficazmente y en una buena medida su naturaleza astral. De no ser así, mejor le sería abstenerse de desear adquirir facultades psíquicas, pues resulta sumamente peligroso “despertar el fuego dormido” en la base de la columna vertebral, a “la serpiente ígnea” de Kundalini. Tal como nos ha sido mostrado históricamente en el Ashrama, reviviendo los sucesos akásicos a la luz de la conciencia astral, la vida del discipulado se halla jalonada de muchos y dolorosos fracasos a causa de la impaciente curiosidad por desarrollar facultades astrales o poderes psíquicos sin haber adquirido previamente un gran control de la naturaleza emocional. La regla ashrámica acerca de esta cuestión se halla implícita en las palabras de Cristo, que jamás perderán su eterna fragancia por cuanto proceden de los niveles más ocultos de la Naturaleza: “Buscad primero el Reino de Dios y lo demás (los poderes psíquicos, los bienes materiales, etc.) os será dado por añadidura”.
Esta es una regla que acepté inmediatamente y sin esfuerzo antes y después de mi ingreso en el Ashrama. Así, todas las narraciones esotéricas que componen el texto de este libro son una recopilación histórica de experiencias realizadas en diversos niveles suprafísicos, sin haber sido previamente deseadas o estimuladas por efecto de un ánimo ardiente o fervoroso de espectaculares poderes psíquicos. Mi realización espiritual -si puedo decirlo así- vino come resultado de mi impersonal actitud con respecto a tales facultades o poderes y de un sereno enfoque mental que me permitió crear el puente de luz del Antakarana. El éxito en tal sentido trajo como consecuencia mi experiencia espiritual, mística y esotérica, de todo aquello, en fin, que el Señor concede “por añadidura”…

Mis Experiencias Espirituales, Págs 86 y 87,  1ª Edición Electrónica