El corazón centro de síntesis

Es del corazón que tiene que surgir el testimonio de la Verdad. Ya no será la Verdad un concepto, una idea o un pensamiento sublime, como ocurría hasta ahora, la Verdad como concepto ya no existe, no interesa, porque la Verdad como concepto ata la mente, como el Maestro ataría al discípulo si el Maestro fuese un concepto y no una realidad. Yo estoy seguro de que para muchos de nosotros el Maestro no constituye todavía una realidad, sino que constituye un concepto, un concepto muy noble que hemos adquirido a través de las enseñanzas esotéricas, pero hay que adquirir la evidencia del Maestro y esto sólo lo conseguiremos si adquirimos la evidencia del corazón, como centro de síntesis, como centro de participación en la Vida Divina.

Resumiendo, el corazón les une a Uds., la mente les separa, y volvemos, como la serpiente que se muerde la cola, al principio. Hay que rendirle un culto específico al Espacio y menos culto al Tiempo. Y no hablo en términos cronológicos, hablo del tiempo psicológico, es el tiempo que nos condiciona, no es el tiempo del reloj, es el tiempo de la conciencia que está cristalizada en los recuerdos del pasado y que hay que destruir si queremos hacer que el corazón surja inmaculado y lleno para poder reflejar la verdad y pueda el Maestro reflejarse en el corazón. Recuerdo que en la Escuela Arcana hay una meditación muy linda, que es la de visualizar al Maestro en el corazón y esto, naturalmente, se puede hacer amando mucho, aunque no situemos la efigie del Maestro porque, ¿cómo sabemos nosotros cómo es el Maestro, verdad? Teníamos muchas imágenes, pero la imagen del Maestro es una pequeña reproducción de una realidad. ¿Qué pasará cuando consideren al Sr. Beltrán desde el ángulo de vista de esta apreciación? Tendrán una mera imagen y cada uno de Uds. creará una imagen del Sr. Beltrán y el Sr. Beltrán no es esta imagen naturalmente, es una realidad, ¿verdad? Pues bien, lo mismo sucede con los Maestros, sucede con el Cristo, sucede con todo, tenemos una idea de lo que es el Cristo, no la realidad. Pues bien, vamos a empezar de nuevo, vamos a pensar en términos de corazón y entonces veremos que las imágenes vivas de todos los Maestros están acá y podemos reverenciar al Maestro en espíritu y en verdad.
 
Conferencia 6 octubre 1985