La primera gran afirmación oculta con respecto a la Magia y la que seguramente será más difícil de comprender por los aspirantes espirituales del mundo, es la de que “el Espacio es una Entidad”. Pero, de no llegar a una interpretación correcta de esta verdad oculta, resultará imposible comprender el verdadero significado de la actividad mágica dondequiera que ésta se realice, ya sea en un ambiente cósmico, solar, planetario, humano o atómico. Siendo así, las primeras grandes interrogantes que deberemos formulamos al enfrentar el estudio de la Magia organizada en el mundo, serán seguramente éstas: ¿Por qué el Espacio es una Entidad? y ¿por qué relacionamos la Magia con esa Entidad?
El Espacio, según se nos dice ocultamente y la Ciencia con el tiempo deberá confirmarlo, es la Matriz de todas las creaciones. Tiene una absoluta capacidad de respuesta a todas las vibraciones, ya sean las que provienen del más humilde átomo o del más glorioso Arcángel. Esto es así porque cada tipo de conciencia absorbe –si podemos decirlo así– una porción más o menos extensa de espacio para verificar dentro de la misma el experimento creador que responda a las necesidades de su vida evolutiva. Por extraño y misterioso que parezca, el Espacio suministra “automáticamente y sin esfuerzo” el ETER cualificado, o substancia primordial, que precisa cada centro creador.
Con respecto a esta idea y para clarificarla en las mentes de los aspirantes espirituales como elemento introductor de sus conciencias en el gran océano de misterios que se oculta tras la palabra Magia, vamos a afirmar una de las grandes verdades que se enseñan en todos los Ashrams de la Jerarquía: “El Espacio es Multidimensional, multimolecular y multigeométrico”. Esta triple afirmación aparentemente tan difícil de entender contiene, sin embargo, la respuesta concreta a la afirmación tan absolutamente abstracta de que el Espacio es una Entidad. Es como si lo definiésemos, al igual que lo hacemos con un Logos o con un ser humano, de acuerdo con el sentido de la trinidad que gobierna todas las cosas creadas y aún, llevando la idea a sus extremos límites y rebasando por completo nuestra pequeña comprensión humana, viendo el Espacio como un espejo donde se refleja todo tipo de trinidad manifestada, siendo, en tal sentido, una respuesta definida a cualquier poder invocativo proveniente de no importa qué centro creador, logoico, humano o atómico.
«Magia Organizada Planetaria», 1ª Edición Electrónica, pág 14.