El pensar: arte, ciencia y liberación

¿Podemos decir con justicia a veces que estamos pensando? Esta es una razón que quiero que consideremos juntos muy profundamente.

El pensar es un arte, es una ciencia y al propio tiempo es una liberación, pero, ¿cómo nos atrevemos a situar el pensamiento en aquellas dimensiones que por su propia extracción van más allá y por encima de aquello que llamamos recursos humanos? Es decir, que para empezar a encontrar la fuente de la energía, lo cual significa que progresivamente tendremos que ir acercándonos al centro de la Gran Fraternidad Oculta del Corazón, existe siempre un resorte vivo que es la atención del pensador, que es el darse cuenta constantemente, que es la observación serena de los hechos. ¿Podemos decir con justicia entonces que observamos concretamente los hechos y que sentimos profundamente en nuestro corazón aquello que consigo traen los hechos? Porque pensar, hermanos míos, es algo supremamente importante, es situar la mente más allá de sí misma, eso es pensar, porque lo que hacemos habitualmente es sentirnos pensados, ¿qué nos piensa?, el ambiente, las circunstancias, los acontecimientos, la tradición, los problemas cotidianos, el propio código genético, el triple código genético, pues no solamente estamos condicionados por el código genético físico, sino que hay un código genético de tipo emocional y un código genético de tipo mental, y aquí tendremos que extremar nuestra atención como pensadores absolutos, como personas interesadas en descubrir el magnífico campo de le energía, que está aquí y ahora y que debemos tratar de aprovechar.

 
Los niveles ocultos son paralelos a los niveles objetivos y hay que tratar de que no exista una división entre el propósito oculto y la forma expresiva, que tiene que condicionar en forma objetiva este propósito oculto. Esto implicará de nosotros un gran esfuerzo, porque tenemos, como decía anteriormente, que pensar en proporciones cósmicas si queremos comprender el noble propósito de la vida, no podemos pensar con retazos o con remiendos, o pensando a través del ramillete vivo de los recuerdos del pasado, habida cuenta que todo cuanto sucede es nuevo, y nosotros todas las cosas nuevas que contienen la clave de la vida están observadas por nosotros con los códigos del pasado, y así siempre existe una desunión, una desvirtuación, un desequilibrio entre la voluntad del pensador que quiere conquistar la verdad y la verdad que constantemente se le está escapando. ¿Se dan cuenta? Y esto es una cosa que hay que hacer aquí y ahora, y Uds. están capacitados para pensar, para sentir en profundidad, para hurgar creadoramente en los recovecos de lo eterno, sentirse implicados en la gran tarea que más allá de los sentidos y aún del propio entendimiento están llevando adelante aquellos que llegaron antes que nosotros, aquellos seres inmortales que pertenecen al 5º Reino de la Naturaleza.
 
Conferencia 7 octubre 1985