La gente, en general, no puede vivir sin algún género de creencia religiosa, pero en beneficio de la verdad que ellas inconscientemente buscan, habría que someter a su consideración mental o grado de comprensión espiritual un tipo de ideal, de religión o de creencia que no las ligara a ningún compromiso de carácter psicológico, que no torturara su ánimo con imágenes y presentaciones dogmáticas de la Verdad o sumiera sus espíritus al terror de las consecuencias de las malas acciones. La fórmula espiritual de los nuevos tiempos es esta que impartió el Maestro en una reunión de estudio dentro del Ashrama: «La Verdad ha de presentarse de tal manera que CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER… Y esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón». Me pregunto, sin embargo, cuantos serán los discípulos mundiales capaces de introducir la energía cósmica que mueve los nuevos tiempos dentro de sus corazones y hacer que opere allí la magia de transmutación necesaria que convierta este centro cardíaco en el depositario único de la sabiduría divina.
«Introducción al Agni Yoga» 1ª Edición Electrónica, Las Reglas Baíscas del Agni Yoga, pág 26