Quizá se pregunten ustedes acerca del alcance o del significado esotérico de estas Conversaciones dévicas. Según he llegado a vislumbrar, después de sostener con Ellos muchas y muy fecundas conversaciones y contactos, son muchos los hijos de los hombres que en el devenir de esta Nueva Era, dentro de cuya zona de influencia está penetrando el planeta Tierra, “están siendo aleccionados» para poder interpretar el mensaje de estas Fuerzas Ocultas de la Naturaleza y poder dar virtualmente fe de una corriente de vida evolutiva que corre paralelamente a la humana y a la cual los hijos de los hombres deberán aproximarse cada vez más para poder ser conscientes de las Leyes de Fraternidad que rigen el Universo dentro del cual vivimos, nos movemos y tenemos el ser. No se trata, por tanto, de justificar una actitud, sino de «mostrar el lado oculto de una ley científica» que el hombre sólo conoce muy superficial e imperfectamente y que debe ser esclarecida en su máxima profundidad, para que el planeta Tierra salga lo más pronto posible de este KALI YUGA kármico que únicamente nos da noción de dudas, incertidumbres, sufrimientos y muerte… La Paz en la Tierra y el Reinado del Amor y de la Justicia solamente serán posibles a medida que los hijos de los hombres, cansados de retener en sus manos «tantas cosas ilusorias», vayan dejando de acumularlas en el tiempo y decidan definitivamente abrir sus mentes y corazones al devenir de una vida más noble y fecunda y acojan la ley de fraternidad que ya existe en los mundos invisibles u ocultos de la Naturaleza como la obra común de toda la humanidad. Tal es el carácter de la Revelación Angélica: ayudar a los hijos de los hombres a reconocer las leyes de igualdad que rigen el Cosmos Absoluto y de las cuales cada Ángel es un elevado exponente y un celoso Guardián.