Los Ashramas de la Jerarquía tienen pues una misión bien definida en estos momentos cruciales de la historia humana. Las palabras crísticas: “Llamad y se os abrirá, pedid y se os dará”, se refieren exactamente a este derecho de entrada en los Ashramas, pues es en los mismos donde se prepara el ser humano para su glorioso destino espiritual. Tal derecho, pagado a precio de alta devoción y sacrificio en determinadas etapas, está hoy día al alcance de todos los aspirantes del mundo. No existe una limitación para el enorme deseo del hombre de progresar y de ocupar un puesto de honor dentro de las filas de los servidores de la humanidad.
Cuando por primera vez fuimos admitidos en el Ashrama, después de formular los correspondientes votos (o juramentos) ante QUIEN puede hacerlos realmente sagrados e inviolables, tuvimos el honor de escuchar mucho de lo que les estoy diciendo de labios de nuestro glorioso Mentor. Una de las cosas que el Maestro recomendó especialmente fue “que viviésemos profundamente apercibidos de la hora solemne que estaba viviendo la humanidad”, no sólo por la entrada de nuestro planeta dentro de la zona de influencia de la constelación de Acuario (que marca el destino de la Nueva Era), sino también por las enormes presiones de energías extraplanetarias y de allende nuestro sistema solar, que convergían sobre la tierra preparando a la humanidad para ciertos cambios fundamentales dentro de las estructuras de la sociedad organizada donde realiza actualmente su evolución.
La Jerarquía, Los Ángeles Solares y la Humanidad (Pág. 107)