Es obvio advertir que en el curso de estas Conversaciones y sea cual sea el tema elegido, cada cual abarcará el sentido de las ideas de acuerdo con la medida del propio entendimiento (16) y sus capacidades mentales de percepción, lo cual no quiere significar que intentemos establecer minorías selectivas dentro del grupo mayor de las personas que asistan a nuestras conversaciones mensuales, sino que apelamos más bien al sentido de responsabilidad del propio conocimiento esotérico, el cual deberá penetrar silenciosa y humildemente en nuestro corazón y convertirse en un impulso mayor hacia la acción creadora. En todos los casos será imprescindible, sin embargo, que utilicemos el recto ejercicio de la ATENCIÓN, sin la cual se malograrían quizás los frutos del conocimiento oculto, ya que no puede existir una excelente cualificación mental si falla esta intención profunda y serena hacia todo cuanto ocurre dentro y fuera de nosotros mismos. Para resumir, he aquí las tres cualidades mentales exigidas para el recto ejercicio del discernimiento, clave de la Sabiduría Esotérica:
a) El permanente deseo de investigar y comprender.
b) El recto ejercicio de la atención.
c) El convencimiento íntimo de que la luz de la Verdad está en todas las cosas y de que puede ser hallada si la voluntad es fuerte y va convenientemente orientada hacia este fin.
Bien, esto es cuanto quería decirles acerca de las cualidades mentales que ha de poseer el investigador esotérico. Los niveles de actividad mental, los tipos de sensibilidad emocional y las incidencias kármicas de cada uno de nosotros matizarán internamente nuestras Conversaciones y cada cual aportará a las mismas -se dé cuenta o no de ello- el contenido espiritual preciso que ha de posibilitar una verdadera conciencia de grupo y una leal camaradería entre unos y otros…
Conversaciones Esotéricas (Pág 16)