Discipulado y atención

El individuo por su propio karma, por lo que ha creado a través del tiempo, por la sinuosidad de su propia historia no puede ver las cosas claras y se equivoca; ahora bien, en la propia equivocación existe la capacidad de hallar una respuesta, de buscar una solución al problema mental. Pero antes de que el hombre sea realmente positivo en el aspecto mental debe haber sabido utilizar creadoramente la imaginación, que se dé cuenta de que todo cuanto existe es un campo de experiencia y de que la atención hacia el campo de la experiencia por sí sola, si esta atención es voluntaria y consciente, puede determinar dentro de su cerebro la creación o el desarrollo de ciertas células luminosas que le faltan para poner en contacto estas células con el Yo Espiritual, y cuando esto progresa en el mundo mental se llama antakarana, pero se parte de un punto de vista iluminado de atención en el centro ajna, se ponen algunas células conectadas con este centro ajna, o con el cuerpo pituitario, se pone en conmoción, se pone en ignición y entonces esta ignición hace que una respuesta de kundalini envíe algo de su fuerza a la mente para que ascienda hacia arriba; es como la propulsión de un cohete, y perdónenme ustedes pero es así, se proyecta desde abajo pero ascendiendo constantemente hacia arriba, pero dirigido el proceso siempre de una manera sabia, con discernimiento claro, tratando de buscar lo mejor de lo mejor. Si la persona es honrada consigo misma se dará cuenta de que su proyección encuentra muchas dificultades, las dificultades ambientales, el ambiente, la tradición, la historia, el recuerdo de lo que fuimos, el qué dirá la gente y el porqué somos diferentes de los demás, que nos incapacitan hasta el extremo de hacer que nuestras grandes resoluciones tengan una tendencia regresiva; hay que luchar con muchas cosas y, naturalmente, hay que acogerse siempre en el mundo esotérico a la línea de máximo esfuerzo, a la línea de máxima resistencia, no buscando las cosas fáciles y acomodaticias; el discípulo no busca nunca una cosa fácil, busca lo mejor de lo mejor y como estamos viviendo lo peor de lo peor aquí está el trabajo que debe hacer el discípulo o todos nosotros. Discípulo, fíjense bien, es un término con el cual estamos considerando, igual que desde tiempos de Cristo, a la persona que busca la verdad y que trata de revelarla a través de sus cuerpos expresivos a los demás.

Conferencia 9 septiembre 1978