El canto del silencio

El Sonido, Verbo o Palabra, es la Voz de Dios, es la expresión de Su Voluntad Creadora de Ser y de Realizar; se halla, pues, en la base de toda forma y de todo concepto vivo o expresivo de la Creación.
 
El canto del silencio que oye el iniciado cuando se halla serenamente escuchando, aguzando el oído interno para poder oír la Voz de Dios, es el principal trabajo de reagrupación de energías que debe realizar como motivo principal de su vida. Este oír constantemente los múltiples sonidos de la Naturaleza, esa atención suprema a cada una de las pequeñas voces, que cada uno de los reinos de la Naturaleza eleva al Creador a través de todas y cada una de sus criaturas vivientes, es el principio mismo de la Magia, en su acepción esotérica o ashrámica, es el proceso infinito que va “del escuchar atento dentro del corazón el sonido inaudible, pero interiormente perceptible de los propósitos creadores subyacentes en cada reino de la naturaleza, y de reproducirlos después conscientemente a través del cuerpo mental”. Este escuchar serenamente dentro del corazón motivo esencial o propósito de vida de cada ser viviente, incluido el que se eleva del indescriptible mundo de los átomos, y reproducirlo con fidelidad a través del poder de la mente es magia pura, espíritu creador, conciencia de síntesis.