Un gran despertar espiritual

Vivir sin temor y sin especulaciones mentales acerca del destino propio o el de cualquier ser viviente en la vida de la Naturaleza, constituye en ciertos estadios de la vida del discípulo una constante natural y un natural sistema de aproximación a la Vida. Al principio, el temor incapacitaba el ánimo para continuar la investigación serena de lo que constituye el gran Misterio de la vida del Ser dentro de las inmensas y silenciosas avenidas por donde se penetra en el plano búdico de Unidad y de Síntesis, y fruto de aquel temor fueron en algunos casos la regresión al pasado o la renuncia a proseguir en el intento liberador, aferrados a la escasa consistencia de un Antakarana insuficientemente establecido o débilmente estructurado.  
 
Sin embargo, los que no retrocedieron ante la majestad de la cegadora Luz de la nueva zona de conciencia descubierta y siguieron adelante venciendo el miedo y las indecisiones hallaron su recompensa en la Iniciación y más allá de los ardores, de las luchas y aún de los sufrimientos surgidos del fragor de la gran batalla sostenido contra las limitaciones del propio ser, fueron conscientes de un gran despertar espiritual y realizaron todos sus sueños de paz, libertad y plenitud. De ahí que el Iniciado, sea cual sea su grado de integración dentro del Destino iniciático del planeta y sea cual sea su grado de adaptación a las corrientes de vida que surcan aquellas nuevas dimensiones descubiertas, será siempre un COLABORADOR decidido y un testigo ejemplar de aquel bendito Plan que los Maestros conocen y sirven. 

 “Introducción al Agni Yoga”