Publicada el 24 de noviembre de 2010 por Equipo VBA
Deja un comentario
De la identidad del propósito espiritual plenamente compartido ha de surgir naturalmente el nuevo tipo de sociedad que la humanidad ardientemente busca, pero que raramente encuentra, perdida y confusa como se halla dentro del laberinto de sus propias ilusiones. Sin embargo, tal es la tarea que constantemente ha de realizar el discípulo, introducir luz en un mundo lleno de tensiones y sufrimientos y originar en los éteres planetarios aquellos necesarios puntos de rotura por donde puedan penetrar las energías cósmicas que producen REDENCIÓN, uno de los fenómenos naturales que se realizan por doquier, pero que debe ser aplicado ahora al complejo psicológico humano, para producir las condiciones requeridas de ADAPTABILIDAD y FLEXIBILIDAD ante la creciente invasión de corrientes de energía cósmica con destino a la Tierra, procedentes de Constelaciones mucho más evolucionadas e incluyentes que las que constituyen la esfera sideral de nuestro Zodiaco, afectando muy poderosamente el centro místico del corazón de los seres humanos y empezando a desarrollar algunos de sus más necesarios e importantes lotos.
Los efectos de estas importantes y trascendentes corrientes de energía son realmente imprevisibles por cuanto –y tal como analizábamos anteriormente– no todos los seres humanos se hallan ubicados en un nivel de comprensión espiritual que los haga flexibles y perfectamente adaptables a aquellas extraordinarias tensiones de las energías cósmicas proyectadas sobre la Tierra. Debemos confiar, sin embargo, en las actitudes psicológicas y en las actividades sociales de los discípulos espirituales de nuestra época, los cuales, como lógicamente ha de ocurrir en todas las Eras de transición y de ciclos universales de energía, constituyen «la sal de la tierra», la levadura del nuevo orden social y el fermento redentor de la Raza. La responsabilidad de los practicantes del AGNI YOGA es pues clara y terminante en estos angustiosos aunque fértiles días de tensión planetaria: demostrar el Reino de Dios, convertirse en testimonios de la Luz y revelar el Plan. Tal es el exacto y verdadero sentido de la Ley. Y, por vez primera en el devenir de las edades evolutivas, el sentido justo de la Ley se afirma sobre el corazón de la humanidad y no sobre su mente razonadora. El sentimiento íntimo de Unidad e integridad penetra en forma de intuición en las mentes de los hombres avanzados de la Raza y les va descubriendo los inmortales y misteriosos secretos de Síntesis, de cuya gloria vendrá revestido el Avatar de la Nueva Era.
“Introducción al Agni Yoga”, 1ª Edición electrónica, pág 52