Leonor.- Cuando estabas hablando de las iniciaciones, yo pensaba siempre en lo pequeñito, en las pequeñitas que pueden llegar antes de llegar a las otras, pensaba que si la 1ª iniciación humana, corriente, no sería el sentido de responsabilidad. En este caso cuando el Guardián del Umbral nos ofrece dos cosas no es el positivo y el negativo, serían las tentaciones más bien como el camino de las facilidades y el otro el de las responsabilidades. Si el individuo está preparado tiene que aceptar siempre una responsabilidad. Si vive siendo responsable la iniciación tiene que llegar pronto. Yo quería afirmar esto en el sentido de que lo pequeñito tiene mucha importancia. Si empezamos por una formación de carácter y comenzamos por tener sentido de responsabilidad en este caso difícilmente nos puede ofrecer este ente que llamamos diablo o tentación o camino de facilidades, no nos podrá vencer si tenemos ya un sentido de responsabilidad desde las cosas pequeñas. Por eso, quería preguntar si antes de la iniciación, digamos, de tipo elevado no tendríamos que pasar primero por la confección de un carácter estable.
Vicente.- Evidentemente toda creación de un carácter viene condicionada mucho por la evolución, viene también muy caracterizado por la atención del ser humano hacia ciertos niveles de conciencia. En la era pasada, en la era de Piscis, la construcción del buen carácter, el que un hombre fuese muy puro y que llevase una vida moral ética en sus costumbres era parte principal del discipulado. Dense cuenta de que los tiempos han cambiado y ahora la Jerarquía planetaria, los grandes Maestros cuando están tratando de atraer a su núcleo, a su ashrama particular a algún discípulo que puede ser útil a la humanidad prescinden por completo de todo cuanto puede constituir un defecto personal, en tanto que el énfasis va dirigido a sus capacidades de ser un buen discípulo que pueda ayudar al mundo en algo. Es decir, que lo que antaño fue lo principal, aquí es secundario, se deja al equipo del propio discípulo y se le dice “tu sirve a Dios y en el servicio llegarás a ser perfecto”, antes se decía “construye un buen carácter, se ético, se moral en tus costumbres y llegarás a ser un buen servidor”. Fíjense bien cómo han cambiado las técnicas. Se daba énfasis al ejercicio de estos tres centros, en tanto que ahora el ejercicio va dirigido hacia los centros espirituales. Se aprecia bien que si el ser humano va educiendo las facultades superiores, tal como hace el esoterista, esto no tiene más remedio que seguir, será un proceso en el tiempo, pero ya en el tiempo se está creando un vórtice de energía creadora dentro de la humanidad que puede ser utilizado de inmediato por la Jerarquía. Y naturalmente, la Jerarquía está profundamente interesada en que un gran número de seres humanos penetre hoy día en la corriente iniciática, que ingrese en los ashramas o en los grupos selectivos donde se prepara al ser humano para entrar en el 5º Reino de la Naturaleza, y cada vez se aprecia menos el valor del que se disciplina. Porque si la polaridad del hombre es espiritual, lo demás tiene que seguir; en cambio si la polaridad va hacia el hombre personal, el hombre se puede perder o al menos estar mucho tiempo pensando en su propia disciplina. Hoy día, el yoga, la meditación en todos sus aspectos, por ciertos elementos de la Jerarquía se considera en un sentido negativo, la persona que ingresa en un grupo de yoga o de meditación lo hace pensando en sí misma, en su propia evolución personal y no pensando en el servicio hacia la humanidad. Entonces, no es que se niegue el proceso, sino la visión, la percepción del individuo de acuerdo con el proceso. Por el sólo hecho de estar pensando en los centros superiores y tratar de actualizarlos se está penetrando en el más profundo de los yogas, que es el yoga del servicio y del sacrificio, y cada cual tiene algo que ofrecer dentro de la economía de los centros etéricos un punto de anclaje para las energías de la Divinidad; y cada cual puede servir de acuerdo con el desarrollo de un determinado centro y de su correspondiente glándula endocrina, el cual afecta a un número considerable de hormonas que constituyen su cuerpo físico de expresión. Es decir, si un individuo está polarizado en el centro sahasrara hará ingresar en su cuerpo físico inmortal una cantidad de hormonas que serán la base de la evolución del sistema planetario humano, o también las que penetren vía el corazón, cuya secreción todavía es desconocida como lo es la de este centro. Entonces, sabemos muy poco del hombre espiritual, y la ciencia empieza ya a hurgar en los estilos arquetípicos de este hombre, y el día que el individuo, el científico, el investigador se den cuenta de que todo está en correspondencia, y que al estudiar las glándulas endocrinas están entrando en el estudio de los centros, y que al estudiar los centros nos estamos poniendo en contacto con planetas sagrados o no, y que a través de los planetas nos ponemos en contacto con las constelaciones siderales. Habremos entrado en un campo psicológico superior. La ciencia, la psicología, la religión, la filosofía, incluso la economía de los pueblos tiene que entrar forzosamente en el estudio de los Rayos, porque cada uno de los Rayos, cada uno de los centros, cada una de las glándulas caracterizan un tipo humano apto para el servicio creador. Y cuando analicemos laya yoga o la ciencia de los centros, cuando entremos en el desarrollo de este misterio que es kundalini, y cómo kundalini llega a unificar este centro con el de arriba de la cabeza, cuando se construye este equipo superior del hombre, y cuando se penetra ya audazmente por la senda del adeptado nos daremos cuenta de que todo cuanto estamos realizando en este momento y en todos los momentos de la vida en los que sintamos realmente un ansia profunda de paz y al propio tiempo de integridad y de servicio creador seremos conscientes de que estamos trabajando conscientemente por la propia Divinidad. No somos entes suplicantes que oramos a Dios pidiendo el perdón de los pecados y que nos libre de las tentaciones; estamos ofreciendo nuestro pequeño equipo, según su propio desarrollo para que Dios tome de nosotros lo mejor para su propia obra creadora.
Conferencia VBA, 12 de febrero de 1977