Publicada el 17 de abril de 2012 por Equipo VBA
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De acuerdo con el sentido de la analogía habrán de observarse grandes diferencias de forma entre las distintas categorías de Ángeles, desde los grandes Arcángeles Señores de un Plano de la Naturaleza hasta las diminutas vidas angélicas o dévicas que construyen la envoltura física de un átomo. La Forma, en todas sus expresiones, es siempre la representación simbólica de un tipo particular de energía subjetiva en lo que a los Ángeles se refiere y la objetiva expresión de cualidades de conciencia en lo que a la vida humana se refiere.
Podríamos decir por tanto que hay una absoluta correspondencia entre los diferentes tipos de energía que manipulan los Ángeles y las distintas capacidades de conciencia que distinguen entre sí a los seres humanos. Así, pues, el axioma esotérico «la energía sigue al pensamiento» puede aplicarse enteramente a la relación vital de la conciencia humana representativa del Pensamiento divino con la energía angélica que es una expresión del Fuego creador de la Divinidad. Su resultado es la forma objetiva, el aspecto más denso y positivo de la Creación universal, siendo los Ángeles y los hombres misteriosos agentes consustanciales de este proceso que tiene como objetivo llenar de formas el Universo.
Las Fuerzas Ocultas de la Naturaleza, 1ª edición digital, pág 43. Vicente Beltrán Anglada