Bastó sin embargo, que mi amable guía pronunciase un indefinible aunque agudísimo mántram para que depusiesen inmediatamente su actitud y se apartasen respetuosamente cada cual a un lado de la puerta. Esta fue abriéndose entonces silenciosamente y penetramos en otra galería menor que nos condujo a una Estancia muy espaciosa e intensamente iluminada, donde se hallaban reunidas muchas personas, todas ellas en místico y religioso silencio. Nadie pareció advertir nuestra presencia, pero mi amigo R., tomándome del brazo me condujo a un lugar determinado donde pude distinguir a algunosde mis condiscípulos más avanzados del Ashrama, quienes me sonrieron muy afectuosamente. Esta fue la primera vez en esta presente vida que penetré conscientemente en uno de los Santuarios secretos de SHAMBALLA. Me enteré a su debido tiempo, de que aquella ‘Estancia’ estaba destinada a infiltrar fuerza y responsabilidad en el alma de los discípulos espirituales del mundo, convenientemente cualificados en el orden interno. (La Fuerza y la Responsabilidad constituyen los dos ejes mágicos de la evolución superior del discípulo, alrededor de los cuales se van tejiendo sus características de Servidor del Plan.)