Sólo diremos que la mente de Dios es perfecta, al menos desde nuestro punto de vista, y que al dejar de pensar pensamos con Su Mente, y el pensar con esta mente de Dios se denomina intuición y es la avenida del plano búdico; no hay otra avenida al plano búdico; no hay otra avenida para la iniciación, porque, repito, el paso que va de la primera iniciación a la segunda está cubierta a base de silencio, y el silencio es cada vez mayor, hasta que llega al silencio absoluto de la cuarta iniciación que tiene lugar en el cuarto subplano del plano búdico, en el centro místico del Universo en donde el movimiento es tan rápido que da la sensación de que todo está parado; y sin embargo, de allí se gesta la gran aventura de síntesis, y Agni Yoga y todas las la grandes avenidas de contacto con Shamballa arrancan del cuarto nivel, del cuarto plano, es decir, el plano búdico. Y claro, diréis. “Hay una técnica para llegar ahí”. Sí, la técnica de la expectación, no hay otra; no se puede utilizar un medio distinto a la finalidad; el silencio debe estar desde el principio y culminar en el final, en la realización, en la iniciación, la más absoluta que queráis. Pero, todos son medidos en términos de silencio o de expectación, una expectación a grados inverosímiles, indescriptibles, tan difícil como puede ser por ejemplo poder describir un ángel, acostumbrados como estamos a ver a las personas, pues más difícil todavía es imaginar lo que puede ser la expectación en ciertos niveles.
Conferencia 28 junio 1984