Existe una potencialidad desconocida y esta potencialidad no está precisamente en los buscadores de la Verdad, porque el que busca la Verdad –dense cuenta de lo que estoy diciendo y no interpreten mal mis palabras– está creando una meta y esta meta puede ser cualquier objetivo externo, aunque sea la figura de un Maestro, pero la Verdad en sí está más allá de todas las cosas, está más allá de los Maestros porque los Maestros son metas en nuestras vidas, y ahí está el proceso por el cual nuestra acción queda limitada en el tiempo y no puede resistir la fuerza mística de la Verdad, es decir, buscamos el grial de la Verdad, pero, ¿buscamos la Verdad? ¿Se dan cuenta la diferencia entre la Verdad y un pequeño conocimiento acerca de la Verdad? O establecer la jerarquía, por ejemplo, ¿qué es la jerarquía? La jerarquía debe demostrarse por la vivencia, por el testimonio de luz y porque hay un servicio consciente a la raza.
Todos buscamos metas porque todos estamos inseguros y buscamos seguridad. ¿Y cómo puede una persona en el seno de la inseguridad buscar una seguridad? O, ¿cuándo puede una persona sin movimiento captar el eterno movimiento de la vida? Es inútil, ¿verdad? Entonces, la Verdad está más allá de las presentaciones de la Verdad, la Verdad está en la conciencia del hombre que constantemente está investigando, pero sin detenerse jamás a ningún punto de sus investigaciones, la vida del hombre superior, la vida del hombre que capta la Verdad es seguir, tal como decía Cristo, “levántate y anda”, anda y anda hasta la eternidad, jamás creando una imagen de la eternidad porque no existe, es falso, toda promesa de eternidad es falsa, solamente existe la paz del corazón, y la persona que tenga paz en el corazón, aquel está dentro de la inmortalidad, está viviendo el propio movimiento de la vida, no está varada en el pozo del río del sentimiento humano, está más allá de todas estas cosas, él vive, es la vida, es el eterno movimiento, es la liberación.