Ser en la plenitud del Verbo versus sociedad de consumo

Vicente. — Sí, tiene razón. El caso es que la persona puede poseer conocimientos y, sin embargo, no estar atado a los conocimientos que posee. Desde el momento en que la persona sujeta a gravitación por propios merecimientos, los Señores del Karma son realmente impersonales, no dan ni quitan nada, solamente son  la ley, y si el  hombre está buscando siempre constantemente el proceso de absorción, el proceso de identificación con las cosas, está deteniendo el curso de su vida, aparentemente la rueda de Samsâra dará vueltas y volverá a la muerte de la misma manera que vino al nacimiento, pero, ¿qué pasa aquí?, cuanto menos peso llevemos en el momento de la muerte más rápida y segura será la ascensión al mundo espiritual, al Devachán, cuanto más peso, y el conocimiento esotérico puede ser un peso si nos apegamos al mismo, se convierte también en un motivo de fustigación del yo, pero no en un sentido de avanzar sino de retroceder, impulsa hacia abajo, y, naturalmente, el impulso hacia abajo está en contra de la espiral de la evolución, no hace otra cosa que comprimir el yo, mantenerlo siempre en el centro de un conflicto, y este mundo en conflicto creado por muchos seres en conflicto es la civilización actual, son las conquistas de nuestra sociedad moderna con la sociedad de consumo que es el sumun del momento de adquisición del yo, o del proceso de absorción. Hay personas que van a comprar cosas sencillamente por tenerlas, porque van baratas y tienen una serie de cosas que jamás utilizarán, y son cosas raras y cosas que no querrán nunca realmente porque son en cantidad masiva. Esto es la sociedad  de consumo y ustedes verán la televisión y constantemente esto y constantemente lo otro, pero la gente, como no para, está  hipnotizada delante la televisión, está acumulando, está sedimentando, está en este momento adquisitivo y siempre está en lo mismo. Y, naturalmente, ¿quién se beneficia de esto?, en el fondo nadie, porque mantienen el mundo en el estado actual en que se encuentra, siempre con el temor de guerras y conflictos, pero, ¿qué pasará cuando nuestra mente se desligue de lo que vea, de lo que percibe, cuando la emoción se sienta libre de todo cuanto implique un acontecimiento o un hecho?, el corazón es el que decide siempre. Cuando el corazón queda en paz la mente está serena, y viceversa, deben estar de acuerdo la mente y el corazón, cuando la mente y el corazón están de acuerdo, cuando entre la mente y el corazón existe un cero solamente se aniquilará por completo, entonces, esto, [Vicente señala al corazón] se abre por completo en toda su amplitud, entonces deja de ser un hecho la vida espiritual y la vida material, y se convierte en un círculo máximo,  entonces el ser ya jamás reencarna, ha entrado en la fase de Adepto. ¿Se dan cuenta? Es una figura que se puede ampliar con una explicación técnica, pero una cosa es señalar así gráficamente una cuestión y otra cosa es enfrentar el hecho psicológico. Es más fácil ver las cosas cuando se presentan claras, ¿verdad?, pero, ¿qué hacemos después con este bagaje?, a cargar de nuevo. Es la ley, es la línea de mínima  resistencia que está haciendo el yo. Al yo le es más fácil adquirir que dejar, y esto en todos los niveles sociales de la vida, en todos los espacios familiares, en el mundo profesional y finalmente en el ambiente social que nos rodea. Siempre en el fondo de la cuestión verán intereses, y estos intereses son el peso específico de la evolución, lo que mantiene en incesante movimiento la rueda de Samsâra, la rueda de muertes y nacimientos. ¿Y cuándo terminará esto?, ¿quién tiene la  palabra?: el ser humano. El ser humano que comprende íntegramente la cuestión, no simplemente que intelectualmente se dé cuenta de que es verdad y diga: “sí es verdad, esto está reconocido”, y vaya cantando esto a otra persona, y así. Pero, ¿quién será el que se decida a dejar cosas? Ahí está el problema, dejar de ser en el tiempo para ser en la eternidad, para ser uno mismo, el yo en la plenitud del Verbo.

Conferencia 14 de octubre de 1978

Shamballa: El Centro máximo de Poder espiritual

La creación del Centro místico de SHAMBALLA, la consiguiente instauración de la Gran Fraternidad Blanca aquí en la Tierra, las particularidades desconocidas y profundamente secretas de este máximo Centro de poder espiritual, la índole de sus radiaciones magnéticas y sus dilatadas áreas de expansión etérica, constituyen el intento fundamental de este libro, cuyo objetivo único es introducir a los sinceros aspirantes espirituales del mundo, en algunos de los misterios planetarios que les propiciarán sin duda, en caso de hallar una adecuada respuesta en su corazón, la entrada en la gran corriente iniciática.

Sin embargo, los secretos o misterios que podrán revelarse en este libro, algunos de ellos entresacados de los infinitos arcanos de conocimientos ocultos contenidos en el AULA DE LA SABIDURÍA de SHAMBALLA, aún cuando se les considere como misterios menores desde el ángulo de vista de los Grandes Adeptos de la Gran Fraternidad, para los aspirantes y discípulos que establezcan contacto con los mismos, pueden constituir la base ideal para poder penetrar en el Umbral de los misterios mayores. Hay que tener en cuenta al respecto, que la línea progresiva de este estudio en pos del misterio de SHAMBALLA se prolongará sólo hasta aquel punto en el que la incapacidad del investigador de “ir más lejos”, o la prudencia espiritual, marcada por la intuición, tiendan un velo que le impida seguir adelante en sus investigaciones,… en bien de los propios aspirantes y en bien de la obra sagrada de la Gran Fraternidad, la cual ha de velar celosamente por la integridad del conocimiento que sólo ha de impartirse a las almas libres de prejuicios, ausentes de egoísmos y amantes de la Ley.

“Los Misterios de Shamballa” Ed electrónica 1, pág 18 y 19

El Poder de Dios en el Hombre

Con respecto al «poder» que el ser humano va adquiriendo en los distintos niveles evolutivos de su conciencia, hay que tener en cuenta que el «control de uno mismo», tal como corrientemente es enunciado en cualquier tratado psicológico o estudio acerca del Yoga, dentro del dilatado esquema de la evolución individual, es la base del poder o dominio sobre determinados grupos de devas los cuales, sin que el ser humano se aperciba, van creando a su alrededor aquellas situaciones ambientales que constituyen el Karma.
Podríamos decir, pues, que Devi Yoga empieza a actuar sobre el individuo en las primeras fases de su vida psicológica, en las primeras expresiones del Yoga en su existencia como ser humano hasta culminar en el estadio de perfección. Existe una continuidad de vida, de conciencia y de forma por doquier dentro del infinito océano del espacio donde se expresan los mundos, los Universos y las Galaxias y, habida cuenta de que el ser humano es una reproducción exacta de ese Misterio de Vida que da lugar a «una expresión de forma objetiva, a una incesante evolución de la conciencia y a la continuidad de un propósito creador», es obvio que sus razones íntimas son siempre de orden universal, expresando en todo momento un «poder» o karma de acción, que debe tratar constantemente de controlar e inteligentemente dirigir para evitar ser controlado o dirigido por aquél. Devi Yoga expresa en su acabada esencia el «poder» del hombre sobre el ambiente y sobre las circunstancias. Desde el individuo corriente al Adepto se extiende así una línea de poder o de acción kármica que cada cual debe tratar de conquistar desde su particular nivel de evolución, a fin de contribuir con su esfuerzo a la evolución del gran conjunto de la Naturaleza, el cual, por razones de la más acrisolada analogía «cumplirá su verdadera misión cuando el hombre haya cumplido la suya».
 

La luz del corazón: un mensaje de esperanza

Quisiera acercar a ustedes a la Gran Fraternidad. Que la Fraternidad Blanca y sus Maestros no fuesen para ustedes una ilusión, o el fruto del conocimiento impartido en los libros. Un libro se escribe y con el tiempo puede cristalizarse, porque ha quedado grabado ya, pero el corazón continúa marchando siempre, es por ello que los libros sólo contienen las verdades que contienen la semilla de evolución de cada época pero ustedes como espíritus no pertenecen a ninguna época, sino que van marchando, venciendo la  resistencia de las épocas. Ustedes son el movimiento de la Vida y es este movimiento, cuando ustedes no lo paralizan, que les lleva a la Gran Fraternidad Blanca; quiero significar con ello que desde aquí y ahora ustedes han de iniciar el principio de lo que será el advenimiento de la Nueva Era. Ustedes son la Nueva Era, son la paz, la fraternidad, la justicia; ustedes son todo esto, ¿no se dan cuenta?

Entonces, si tienen esta conciencia de grupo, jamás se sentirán limitados por ninguna estructura, porque las estructuras siempre encadenan al individuo que las ha construido y para vivir dentro de una estructura sin sentirse limitado por esta estructura, hay que ser muy inteligente. La inteligencia es un resultado del equilibrio entre la razón y el amor.

Cuando nos sentimos integrados realmente dentro del corazón y la mente está sirviendo de vehículo de la propia mente de Dios, lo cual significa que tendremos que efectuar dentro de la mente y el corazón una gran transformación; la transformación social, la creación de los ambientes, el triunfo de la democracia y de la libertad, no están fuera, sino dentro de ustedes. Si ustedes mantienen el ideal de libertad, de fraternidad y de justicia dentro del corazón, ustedes mantendrán una democracia estable porque lo externo depende de lo interno, siempre. El resultado de sus esfuerzos, gestados en un misterioso sufrimiento, ha traído como consecuencia la democracia que ustedes están gozando. Que la democracia establecida en la Tierra todavía no es perfecta, es obvio, el hombre todavía no es perfecto, pero marchamos hacia la perfección. Hay que ganarle a la vida por etapas. Las etapas de sufrimiento traen como consecuencia etapas de discernimiento puro, y éste enciende la luz del corazón que ha de convertirse en las rectas relaciones humanas.

 
«La venida del Instructor del Mundo» 1ª Edición electrónica, páginas 59 y 60.
 
 

 

La zona neutra, fuente de inspiración espiritual

Una zona neutra es en realidad un “intervalo creador” en la vida de la naturaleza, cualquiera que sea el lugar donde éste tenga lugar. Si lo aplicamos a la vida del ser humano deberemos lógicamente observarlo en la actitud psicológica y en las actividades desarrolladas a través de sus vehículos de manifestación, la mente, el vehículo emocional y el cuerpo físico. Un intervalo entre dos pensamientos, si es lo suficientemente extenso o dilatado, determina una zona neutra o vacía en la mente que permite la afluencia de ideas más abstractas o más sutiles.

Tal es el principio de lo que ocultamente llamamos inspiración. Sin embargo, y contra el parecer de algunos pensadores, en la inspiración no hay esfuerzo. Si para captar una idea superior hay que esforzarse o poner en movimiento la dualidad mental que crea el pensamiento, la idea alcanzada no tendrá jamás la eximia cualidad y pureza de la inspiración. Podrá ser genial, aguda o profunda, pero carecerá del dinamismo vital de los espacios intermedios. Este concepto puede ser aplicado a la generalidad de la expresión del pensamiento, en donde muy rara y fugazmente afluye la luz de la inspiración, porque la mente carece de zonas neutras o vacías, sin apenas intervalos entre la desordenada actividad de los diversos pensamientos.

Extracto del libro “Magia Organizada Planetaria” Ed electrónica 1, pág 72