Adaptación y liberación

Hay que surgir triunfantes, hay que tratar de adaptarse a la Voluntad de Dios, no oponerse a Ella, y para ello necesitaremos mucha comprensión, mucha comprensión. Darnos cuenta, como les decía al principio, de que la única manera de no poder intervenir directamente en los asuntos del Padre, porque los desconocemos, lo menos que podemos hacer es no anteponer nuestra voluntad a la Suya, lo cual significa -si ustedes son analíticos- no oponerse a la voluntad del hermano, a la voluntad de las circunstancias, al propio Karma, a su propio destino. El destino sólo se libera cuando lo aceptamos, no cuando luchamos contra él. Por lo tanto, no podemos erigir un nuevo código de valores basados en la resistencia; toda resistencia, toda disciplina es contraria a la ley, pero hay que darse cuenta muy profunda y analíticamente de esta cuestión, pues puede parecer que les digo: “dejen su voluntad, no trabajen, no luchen”, pero el mejor de los trabajos, hermanos míos, es adaptarse a las circunstancias, no luchando contra ellas; es la primera y gran verdad, pues si ustedes no luchan, si ustedes se adaptan; sin daros cuenta se convertirán en la Verdad, en el Camino y en la Vida y podrán actualizar valores permanentes y no traficar con valores relativos.
 
Conferencia de 16 octubre 1985