«Y vamos a insistir nuevamente que lo que se pretende en este orden de cosas no es crear un gigante del intelecto ni crear un gigante con poderes psíquicos trascendentes, sino crear simplemente un buen ciudadano, una persona capaz de vivir con sus hermanos sin reaccionar. Una persona, en fin, corriente, sencilla, solamente con un propósito encendido en el corazón y capaz de efectuar en el radio de acción kármica de su vida correctas orientaciones. Es así como se asciende al reino espiritual…»
La Gran Fraternidad Blanca, conferencia del 14 de junio de 1975