Correctas relaciones: una avenida que conduce a lo eterno

Interlocutor.—Tengo una pregunta sobre el tema de las relaciones, las correctas relaciones. Esas correctas relaciones ¿empiezan…, tienen que ver con la relación de pareja?, que me puede decir de ello.

Vicente.—Las relaciones humanas se basan siempre en el amor. Si no existe amor no existe relación, existen lazos de conveniencia y desdichadamente vivimos mucho de las conveniencias sociales porque no hay amor. No podemos apoyar una sociedad como la actual, llena de grandes tecnicismos, apoyándonos todavía en la ambición personal porque la técnica nos ayudaría a destruirnos los unos a los otros. Pero si hay amor, si realmente estamos interesados en descubrir el amor en el corazón, veremos que surge a nuestra opción un camino supremo de redención de la Raza y ésta es la correcta relación humana que nace de la buena voluntad.

Hay varios niveles de expresión de correctas relaciones humanas. Se inicia ante todo con la voluntad al bien y para esto hay que tener una cierta noción de lo que es el Bien. Le sigue la buena voluntad, lo cual implica un desarrollo del amor del corazón y por último viene la correcta relación humana, que es el resultado de haberse convertido la Voluntad al Bien en Buena Voluntad, siendo la Correcta Relación el fin de una serie de impactos desde el mundo interno hacia lo externo. Si existe realmente un afán supremo de relación, si no existe animosidad en los corazones, si existen realmente deseos de unidad entre ustedes, la Correcta Relación se producirá sin darnos cuenta, se sentirán unidos y compenetrados y esto constituye, dentro de la programación moral de la Nueva Era, el primero de los Santos Caminos: establecer un vínculo de unión interno del hombre consigo mismo, dándose cuenta de sus dificultades y adaptación a la vida. Le seguirá después una correcta elección de la pareja que ha de constituir el ser que nos acompañará en el matrimonio. Después vendrá la correcta relación con los hijos, lo cual depende en gran manera de nuestra inteligencia o de la forma como estemos utilizando nuestra inteligencia en favor del Bien. Si esto es cumplido como requisito previo para la correcta relación con las demás individualidades de la raza, entonces seguirá el camino verdadero de  relación social, cuyo cometido y cuya misión es crear una conciencia social de largo alcance y de gran magnitud, produciéndose entonces un despertar interno en muchas individualidades de la raza que están debatiéndose recién ahora en el conflicto de la oposición en la vida de relación. Esto es un camino que irá creándose poco a poco si se empieza con esta relación íntima del hombre consigo mismo, dándose cuenta de sus dificultades, de sus crisis y tratando de resolverlas de una  manera inteligente. Una persona debe elegir al compañero o compañera de su vida con una gran atención y un gran sentido de valores, unos valores que provienen de lo interno y no de lo externo. Muy frecuentemente elegimos aquello que nos gusta, no aquello que nos conviene, y por lo tanto, si no existe esa distinción entre lo que es apetecible y lo que es deseable, el hombre sufrirá mucho (me refiero al ser humano en sí), pues la elección pertenece tanto al hombre como a la mujer, siendo la base de la relación humana este sentido de valores que nace con la unión de dos seres que realmente se amen y se comprendan en todos los niveles, entonces empezará aquí el crisol de la nueva relación social, no puede existir otra. Ni el campo de la educación, ni el campo de la política, ni el campo de la economía, ni el campo de la sociología puede estar ausente del  matrimonio humano. Ahí está una de las grandes avenidas que conducen a lo eterno: una correcta elección y a partir de aquí un correcto amor.

Conferencia de 19 octubre 1985