Libros para ayudar a los aspirantes espirituales del mundo

Mi encuentro con el Ángel Jesazel vino precedido por una conversaciónsostenida con mi Maestro durante la cual, Éste, después de finalizada una de nuestras reuniones ashrámicas de estudio y de haber quedado a solas con Él, me había preguntado: “¿Te sientes dispuesto a escribir algunos libros de carácter esotérico, para utilización de los aspirantes espirituales del mundo? Algunos de ellos tendrán un carácter muy particular -continuó diciendo el Maestro- pues deberán servir para ayudar a los discípulos a introducirse conscientemente dentro del Reino de los Ángeles, a fin de establecer unos lazos de unión de muchos seres humanos con nuestros hermanos de los mundos invisibles. Así pues -preguntó de nuevo el Maestro-. ¿te sientes dispuesto sinceramente para realizar este trabajo?” Le respondí humildemente que mi buena voluntad era mucha, pero que mis conocimientos acerca del reino dévico se extendían únicamente al área de los relatos místicos y a alguna que otra pequeña experiencia de contacto con algunos seres elementales de la Naturaleza y que, por tanto, no podía afirmar que fuese capaz de hacerlo. Mi Maestro sonrió bondadosamente -tal como lo hace un padre con su hijo- y me aseguró que yo estaba ampliamente capacitado para esta clase de labor encomendada, debido a la experiencia acumulada por efecto de mi pasado kármico y que sólo debía hacer uso de mi buena voluntad y de mis sinceros deseos de servir. “No se te exige ningún voto extraordinario como los que realizaste antes de entrar en el Ashrama y que suelen preceder a las sucesivas Iniciaciones, sino que lo que cuenta en este caso es tu buena disposición de ánimo ya que la misma equivale a un verdadero voto ashrámico”. Siendo así, le respondí, acepto con mi mejor voluntad poner lo mejor de mí mismo para cooperar en el éxito de este trabajo ashrámico. Es así como inicié mi labor jerárquica en un sentido muy concreto y definido, al fin -sin aparentemente pretenderlo ni buscarlo había encontrado mi verdadero campo de servicio. Mi Maestro me bendijo con estas palabras: “Que tu labor sea fecunda y que muchos hombres y mujeres debuena voluntad del mundo puedan beneficiarse de la misma!”

“Mis Experiencias Espirituales” Ed electrónica 1, págs 60 y 61