Los asuntos del Padre

Toda la voluntad del hombre es aquella reserva que ha logrado adquirir de la herencia divina, de la voluntad de Dios, y esto puede ser dicho igualmente con respecto al amor o con respecto a la inteligencia. Unas personas tienen más inteligencia que otras pero quizá no tengan tanta voluntad y otras personas pueden tener mucha inteligencia y carecer de amor o carecer también de voluntad. Por lo tanto, sin embargo, todo el amor, toda la voluntad y toda la inteligencia que está en el hombre proceden de Dios, y es la cantidad —si podemos decirlo así— de voluntad, de amor o de inteligencia que desarrolla un hombre, es lo que nos da una prueba de su acercamiento a Dios. Ahí está el principio de la magia de la acción, es decir, aquel que en la vida se define hay que unirse a él por semejanza, pues tales son los asuntos del Padre, está escrito en la Biblia.
Por lo tanto, todo esto que estamos diciendo es muy antiguo y es muy moderno, porque carece de tiempo, porque Dios crea un Universo y nosotros creamos situaciones. No tenemos el poder de crear un Universo pero ¿acaso un ambiente familiar o un ambiente social no es un Universo? Con sus devas actuantes, con sus fuerzas invisibles, creando una atmósfera de paz o de desequilibrio, hasta llegar un momento en que el hombre se da cuenta que realmente debe reorientar totalmente sus actitudes y llegar a un punto de síntesis, entendiendo que síntesis no es el punto de llegada de una cuestión sino un equilibrio entre varias situaciones, la polaridad, por ejemplo, podíamos decir, la electricidad: un punto positivo, un punto negativo y como consecuencia no del choque sino del equilibrio surge la luz, entonces, la luz es la síntesis, la síntesis de lo positivo y de lo negativo, no una lucha para crear una situación de emergencia o de no-emergencia.

4Conferencia de 13 de julio de 1985

El presente es la fuerza creadora

Me pregunto también, si se dan cuenta del misterio que se produce cuando un ser humano está atento a un proceso.  Cuando toda su mente, todo su corazón, toda su voluntad está presente en el momento que se está viviendo, sin permitir interrupciones, sin permitir que la vida funcione a parte de su propia voluntad, sin permitir que ningún hecho pase por la mente sin dejar su huella, su impronta, tal como ocurre fundamentalmente;  estamos tan distraídos, vivimos tan al margen de la propia realidad que estamos siendo monopolizados por la fuerza del ambiente, y que no somos personalidades creadoras, sino que estamos siendo víctimas del sistema de valores que nosotros mismos hemos creado y que constituyen la máquina social del momento actual, que nos invita, que nos exige, que nos lleva a pensar, a sentir y a actuar de una manera muy distinta a la que debería ser nuestra propia programática de rayo.  ¿Se dan cuenta de la dificultad de que la persona encuentre su propio camino, que pueda llegar, por lo tanto, a situarse a través de ese camino hacia la vida de su propia realidad?  Bien, que en todos los momentos, nuestro rayo, el rayo que condiciona nuestra vida espiritual no encuentra nunca el apoyo de los vehículos que constituyen la personalidad, y que la personalidad investida del poder del Yo nunca acaba de desarrollar sus principios creadores porque es la sociedad que él mismo ha creado, que es la gran maquinaria social, que es la costumbre, que es la herencia, que es la genética, que es todo cuanto constituye la historia que se convierte en un impedimento.  El hombre cuando es creador, cuando está situado en su propia línea de rayo es precisamente cuando está creando, no antes; y para llegar a este estado místico de creación dentro del cual se está manifestando plenamente la fuerza de su propio rayo espiritual es cuando realmente estamos viviendo, no cuando estamos viviendo a merced de los valores cualitativos que nos rodean y al propio tiempo nos separan a los unos de los otros.  Solamente cuando hay una atención específica y fundamental sobre todo cuanto nos rodea, sobre toda situación dolorosa, conflictiva o gozosa dentro de la cual estamos inmersos, o cuando estamos en contacto con seres humanos, o cuando vemos cosas, es cuando realmente debemos penetrar dentro de la intención específica del rayo tratando de estar muy atentos, no dejando fisura alguna en la mente ni en el corazón, que no se pierda el fruto de la experiencia, porque el rayo, la fuerza de cada uno, la cualidad de su vida inmortal está precisamente en aquellos momentos del tiempos en que estamos atentos a la propia realidad. ¿Y cuál es la realidad? ¿Acaso no es esta la realidad? El presente es la fuerza creadora de la vida; este ahora, eterno, creador es el que debemos llevar adelante, siempre, sin descanso, para que un día podamos ser realmente creadores y, a través cada cual de su propia línea de rayo, podamos estructurar una sociedad mejor para todos en donde no exista la religión ni la gran herejía de la separatividad, y en donde no existan ni guerras ni conflictos, ni enfermedades, donde el hombre el comprenda su verdadera misión como elemento creador y al propio tiempo redentor de todo cuanto le rodea, y que pueda pasar su vida creadora como una eterna bendición para todos cuantos se ponen en contacto con él. Si se llega a esta conclusión, si nos damos cuenta de que el rayo somos nosotros, el rayo natural, el que nos dio vida, aquél por el cual hemos nacido, y el cual nos lleva directamente al corazón del Logos de un planeta cualquiera del universo, que es el que creó nuestra mónada o nuestro espíritu, y estaremos en el principio de la verdad, empezaremos a adoptar la verdad como belleza de nuestra vida, y entonces podremos hablar de aquella situación en que el Hombre se pueda escribir con h mayúscula.

Conferencia  VBA, 11 de diciembre de 1976

El servicio: camino a la iniciación

Leonor.- Cuando estabas hablando de las iniciaciones, yo pensaba siempre en lo pequeñito, en las pequeñitas que pueden llegar antes de llegar a las otras, pensaba que si la 1ª iniciación humana, corriente, no sería el sentido de responsabilidad.  En este caso cuando el Guardián del Umbral nos ofrece dos cosas no es el positivo y el negativo, serían las tentaciones más bien como el camino de las facilidades y el otro el de las responsabilidades.  Si el individuo está preparado tiene que aceptar siempre una responsabilidad.  Si vive siendo responsable la iniciación tiene que llegar pronto. Yo quería afirmar esto en el sentido de que lo pequeñito tiene mucha importancia.  Si empezamos por una formación de carácter y comenzamos por tener sentido de responsabilidad en este caso difícilmente nos puede ofrecer este ente que llamamos diablo o tentación o camino de facilidades, no nos podrá vencer si tenemos ya un sentido de responsabilidad desde las cosas pequeñas. Por eso, quería preguntar si antes de la iniciación, digamos, de tipo elevado no tendríamos que pasar primero por la confección de un carácter estable.
Vicente.- Evidentemente toda creación de un carácter viene condicionada mucho por la evolución, viene también muy caracterizado por la atención del ser humano hacia ciertos niveles de conciencia.  En la era pasada, en la era de Piscis, la construcción del buen carácter, el que un hombre fuese muy puro y que llevase una vida moral ética en sus costumbres era parte principal del discipulado.  Dense cuenta de que los tiempos han cambiado y ahora la Jerarquía planetaria, los grandes Maestros cuando están tratando de atraer a su núcleo, a su ashrama particular a algún discípulo que puede ser útil a la humanidad prescinden por completo de todo cuanto puede constituir un defecto personal, en tanto que el énfasis va dirigido a sus capacidades de ser un buen discípulo que pueda ayudar al mundo en algo.  Es decir, que lo que antaño fue lo principal, aquí es secundario, se deja al equipo del propio discípulo y se le dice “tu sirve a Dios y en el servicio llegarás a ser perfecto”, antes se decía “construye un buen carácter, se ético, se moral en tus costumbres y llegarás a ser un buen servidor”. Fíjense bien cómo han cambiado las técnicas.  Se daba énfasis al ejercicio de estos tres centros, en tanto que ahora el ejercicio va dirigido hacia los centros espirituales.  Se aprecia bien que si el ser humano va educiendo las facultades superiores, tal como hace el esoterista, esto no tiene más remedio que seguir, será un proceso en el tiempo, pero ya en el tiempo se está creando un vórtice de energía creadora dentro de la humanidad que puede ser utilizado de inmediato por la Jerarquía.  Y naturalmente, la Jerarquía está profundamente interesada en que un gran número de seres humanos penetre hoy día en la corriente iniciática, que ingrese en los ashramas o en los grupos selectivos donde se prepara al ser humano para entrar en el 5º Reino de la Naturaleza, y cada vez se aprecia menos el valor del que se disciplina.  Porque si la polaridad del hombre es espiritual, lo demás tiene que seguir; en cambio si la polaridad va hacia el hombre personal, el hombre se puede perder o al menos estar mucho tiempo pensando en su propia disciplina. Hoy día, el yoga, la meditación en todos sus aspectos, por ciertos elementos de la Jerarquía se considera en un sentido negativo, la persona que ingresa en un grupo de yoga o de meditación lo hace pensando en sí misma, en su propia evolución personal y no pensando en el servicio hacia la humanidad.  Entonces, no es que se niegue el proceso, sino la visión, la percepción del individuo de acuerdo con el proceso. Por el sólo hecho de estar pensando en los centros superiores y tratar de actualizarlos se está penetrando en el más profundo de los yogas, que es el yoga del servicio y del sacrificio, y cada cual tiene algo que ofrecer dentro de la economía de los centros etéricos un punto de anclaje para las energías de la Divinidad; y cada cual puede servir de acuerdo con el desarrollo de un determinado centro y de su correspondiente glándula endocrina, el cual afecta a un número considerable de hormonas que constituyen su cuerpo físico de expresión.  Es decir, si un individuo está polarizado en el centro sahasrara hará ingresar en su cuerpo físico inmortal una cantidad de hormonas que serán la base de la evolución del sistema planetario humano, o también las que penetren vía el corazón, cuya secreción todavía es desconocida como lo es la de este centro. Entonces, sabemos muy poco del hombre espiritual, y la ciencia empieza ya a hurgar en los estilos arquetípicos de este hombre, y el día que el individuo, el científico, el investigador se den cuenta de que todo está en correspondencia, y que al estudiar las glándulas endocrinas están entrando en el estudio de los centros, y que al estudiar los centros nos estamos poniendo en contacto con planetas sagrados o no, y que a través de los planetas nos ponemos en contacto con las constelaciones siderales.  Habremos entrado en un campo psicológico superior.  La ciencia, la psicología, la religión, la filosofía, incluso la economía de los pueblos tiene que entrar forzosamente en el estudio de los Rayos, porque cada uno de los Rayos, cada uno de los centros, cada una de las glándulas caracterizan un tipo humano apto para el servicio creador. Y cuando analicemos laya yoga o la ciencia de los centros, cuando entremos en el desarrollo de este misterio que es kundalini, y cómo kundalini llega a unificar este centro con el de arriba de la cabeza, cuando se construye este equipo superior del hombre, y cuando se penetra ya audazmente por la senda del adeptado nos daremos cuenta de que todo cuanto estamos realizando en este momento y en todos los momentos de la vida en los que sintamos realmente un ansia profunda de paz y al propio tiempo de integridad y de servicio creador seremos conscientes de que estamos trabajando conscientemente por la propia Divinidad. No somos entes suplicantes que oramos a Dios pidiendo el perdón de los pecados y que nos libre de las tentaciones; estamos ofreciendo nuestro pequeño equipo, según su propio desarrollo para que Dios tome de nosotros lo mejor para su propia obra creadora.

Conferencia  VBA, 12 de febrero de 1977

Vida, Conciencia y Forma: la gloria infinita de la Divinidad

El Misterio del Espacio y del Tiempo
A medida que avanzamos en nuestro estudio esotérico sobre los Ángeles, más grande es nuestra convicción de que la Trinidad compuesta por los aspectos de Vida, Conciencia y Forma se hallan presentes por doquier.
Todo cuanto existe es la obra de una prodigiosa hueste de Entidades dévicas, funcionando sincrónicamente con el Propósito infinito de una Voluntad Cósmica que trasciende por completo nuestro más elevado entendimiento. Pero, reconociendo el hecho, investigaremos las leyes divinas a nuestro alcance para intentar descubrir algunos de sus secretos o misterios:
El primero de tales secretos será, sin duda, el reconocimiento intuitivo -que más adelante será científico- de que las múltiples Jerarquías Angélicas del Universo constituyen la Entidad Espacio;
El segundo lo constituirá el reconocimiento de que las actividades de los seres humanos y de todas las humanidades y seres vivientes de los planetas de nuestro Sistema solar son las motivadoras de aquella otra indescriptible Entidad psicológica que en su integridad llamamos Tiempo.
En toda universal actividad dentro de la infinita grandiosidad del Cosmos, concurren tres aspectos esenciales:
a.    El Espacio
b.    El Tiempo
c.    El factor Luz, mediante el cual Espacio y Tiempo pueden ser relacionados.

Al llegar a esta conclusión, la idea más importante a considerar de acuerdo con nuestras investigaciones sobre el mundo dévico, es la inevitable relación Espacio – Luz – Tiempo con respecto a la producción de los ambientes sociales que se hallan en la base de las distintas civilizaciones y culturas de la humanidad y constituyen los aspectos fundamentales de la historia. Desde tal ángulo de vista podríamos llegar a una analogía de síntesis. Por ejemplo:
CONDICIÓN         CUALIDAD    EFECTOS    DEVAS

Espacio – Espíritu        Mente           Civilización    AGNISHVATTAS
Luz – Alma                    Energía        Cultura            AGNISURYAS
Tiempo – Cuerpo         Materia        Historia            AGNISCHAITAS
 
Desde el ángulo esotérico, ciertas jerarquías dévicas o angélicas son consideradas el aspecto LUZ que ilumina, o la ENERGÍA que vivifica los mares insondables del Espacio, de la misma manera que las actividades de los hombres en sus múltiples niveles determinan el fenómeno misterioso del Tiempo. De esta manera, el maravilloso enigma que subyace en el crecimiento de la más humilde planta, como el que se revela en la forma mística, esencialmente geométrica, de una delicada flor, de un pájaro o del propio ser humano, puede ser medido siempre en términos de Espacio y Tiempo, relacionados y vinculados por el factor Luz, constituyendo estos tres elementos la gloria infinita de la Divinidad en su incansable esfuerzo por SER y por REALIZAR, determinantes del proceso de la Evolución.
El aspecto práctico de esta conclusión es que todos contribuimos con nuestros pensamientos, emociones y humanas actitudes a escribir la historia del tiempo, pero sólo los sabios conocedores serán capaces de recubrir sus imperecederas páginas con las doradas túnicas de la experiencia espiritual. Hay, pues, grandes responsabilidades en el orden individual y social, así como oportunidades múltiples de realización si se es consciente de la obra mística de la Naturaleza que la vida de los Ángeles nos está constantemente señalando. Es sólo cuestión de abrir los ojos para ver y afinar cuidadosamente el oído para oír, pues todo está hecho ya de acuerdo con los grandes patrones históricos y Arquetipos sublimes vibrantes en los mundos ocultos, desde donde los Ángeles, las energías espirituales que siguen y persiguen los pensamientos de los hombres, aguardan con infinita paciencia que la voluntad humana sea fuerte y audaz y decida penetrar con mente clara y corazón puro en sus divinos retiros e inconcebibles santuarios…

 

Los Ángeles en la Vida Social Humana

(Adaptación en forma de síntesis del Capítulo El Misterio del Espacio y del Tiempo.)

El movimiento del corazón

Un Sueño Revelador

Siendo muy joven soñé una noche que me hallaba como varado en el centro del Universo y que todo el firmamento, soles, estrellas y planetas, oscilaba a mi alrededor. El espectáculo era realmente maravilloso; sin embargo, no me satisfizo su visión. Años más tarde, comentando un día con el Maestro este sueño me lo descifró en este sentido: “Todo el Universo se halla en movimiento y todo ser que consciente o inconscientemente trata de detenerse, embarrancando en el seno profundo de las cosas, sufre de la crisis de resistencia impuesta a la oscilación o movimiento general o universal. De ahí el sentimiento de implenitud que experimentabas, aun cuando te encontrabas fuera del cuerpo y contemplabas parte del gran secreto cósmico. En aquélla época perseguías tú una meta muy rígida e inamovible y pese a tus buenas intenciones, las cuales siempre fueron reconocidas, equivocabas el sistema de relación y de contacto y, sin darte cuenta, detenías dentro de ti el movimiento del corazón, verdadero centro espiritual de toda criatura humana, que te impelía incesantemente hacia el movimiento universal”.
 
Los años transcurridos desde entonces fueron jalonados de grandes experiencias, tanto espirituales como psíquicas, pero jamás olvidé el sentimiento de soledad y de implenitud que me embargaba al sentirme aislado, varado y estático dentro del incesante movimiento del sistema cósmico. Aquel sueño no fue por tanto un simple sueño, sino que tuvo carácter de revelación. Las palabras posteriores del Maestro tuvieron para mí el valor inapreciable de la experiencia consumada y trascendida.

 Mis Experiencias Espirituales (Págs 170-171)