El orden trino de la manifestación

CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El término MAGIA tiene para el investigador esotérico un valor netamente esencial y absolutamente científico, ya que aprecia en la vida de la Divinidad una extraordinaria capacidad de síntesis, la cual, descompuesta en el orden trino de la manifestación: Intención – Idea – Forma, constituye la base de la Creación universal. Esta es una idea que nos acompañará constantemente en la línea de nuestro estudio sobre la Magia organizada en nuestro mundo y muy particularmente en lo que hace referencia al centro planetario que llamamos Humanidad, habida cuenta que el ser humano siendo esencialmente una Mónada espiritual es también potencialmente una Tríada, que tiende a reproducir constantemente en su pequeña vida y a escala microcósmica, idénticos poderes mágicos que los que utiliza la propia Divinidad en la creación del universo. La utilización correcta de aquellos inherentes atributos creadores dependerá lógicamente del grado de evolución espiritual alcanzado por los seres humanos en determinados períodos cíclicos de la historia planetaria y a la consecuente integración con sus respectivas Tríadas espirituales constituidas, como esotéricamente se sabe, por Atma (la voluntad espiritual), Budhi (el amor incluyente) y Manas (la mente abstracta).

Magia Organizada Planetaria, Pág. 21

La búsqueda de lo esencial: el Amor, la Comprensión, la Luz del Propósito

Hay que hacer énfasis, sin embargo, sobre la verdad esotérica de la más elevada trascendencia. Esta verdad viene implícita en el gran enunciado crístico destinado a la Raza de los Hombres: «Buscad primero el Reino de Dios, lo demás os será dado por añadidura». Aplicado a nuestro tema acerca de la Respiración, podríamos interpretar aquel gran consejo de la siguiente manera: buscad primero lo esencial, es decir, el amor, la comprensión, la Luz del Propósito. La respiración correcta vendrá luego, como una consecuencia de los contactos cada vez más concretos y definidos con el yo Superior, Quien guarda para nosotros el secreto de SINTESIS, el del correcto Ritmo respiratorio y el del Misterio de los Rayos.

Los Misterios del Yoga, Pág 111

La perfecta silenciación mental

Podría añadir quizás dentro de este orden de ideas que el hombre habla (el sentido creador del Verbo) y que el deva escucha (la Voz del Silencio). El hablar y escuchar, la invocación y la evocación, armoniosamente compenetradas constituyen la síntesis de todas las cosas existentes. Pero, esta compenetración natural entre los hombres y los devas sólo puede provenir del esfuerzo humano por silenciar progresivamente sus apetencias personales y del creciente desarrollo de sus poderes invocativos.
 
Respecto al discípulo debemos indicar que el resultado de sus esfuerzos de apaciguamiento mental-espiritual es la conquista de la intuición, siendo ésta el Antakarana o vehículo de luz superior por el que asciende a las sublimes alturas donde establece contacto con el Maestro, con su propia Alma inmortal, con sus condiscípulos del Ashrama y con los Devas, las fuerzas vivas de la Naturaleza. De cada una de estas Fuentes superiores recibe el discípulo las inspiraciones precisas y el poder necesario para manifestar ostensiblemente en la vida la gloria revelada de un perfecto Hijo de Dios, gloria hacia la cual tiende incesantemente dejando en cada recodo del Camino jirones de honra y de bienes personales.
 
Cada uno, dentro de la particular esfera de relaciones impuestas por su karma personal, puede prepararse también para estos contactos trascendentes empezando desde ahora un lento y callado proceso de silenciación de todos los innecesarios e inútiles deseos y pensamientos albergados todavía en su ánimo y que les impide acercarse limpiamente a la Realidad espiritual que constituye la esencia de sus propias vidas. Dediquen unos momentos de su vida cotidiana a esta sencilla pero universal tarea.
 
No hay que olvidar las palabras de Madame H. P. Blavatsky, cuando decía: “La mente es la matadora de lo Real”, es decir, de la intuición, pues nuestra mente concreta o inferior a la que se refiere concretamente este axioma, es constantemente un hervidero de pensamientos, conceptos figurativos y opiniones contradictorias que impiden entrar en la suave quietud de la vida espiritual. Insistiendo sobre este punto, y para desvanecer posibles dudas, debo afirmar que la perfecta silenciación mental no comporta en manera alguna la aniquilación de la mente concreta o intelectual, sino el sabio gobierno de ésta por la Voluntad superior que la puede utilizar entonces como un delicado instrumento de relación y contacto con los tres mundos de la evolución humana.

La Jerarquía, los Ángeles Solares y la Humanidad, Pág 168

El Arquetipo

Cuando lo inmanente y lo trascendente de cualquier ser viviente se han unido o reconciliado en cualquier momento del tiempo y en cualquier lugar del espacio, se produce un milagro de rara y espectacular belleza. Platón lo llamaba ARQUETIPO, la síntesis geométrica de belleza alcanzada por un cuerpo en la vida de la Naturaleza, mineral, vegetal, animal o humano.

Pero, existe también en el nivel que sea una energía espiritual que ha logrado redención, siendo psicológicamente perfecta su expresión a través de aquella bendita forma, teniendo en cuenta que no puede haber perfección posible en la vida de la Naturaleza si no se realiza previamente un equilibrio verdadero entre una razón interna, o propósito creador, y una manifestación externa por medio de una cualificada forma geométrica. Tal equilibrio no hubiera sido posible a no mediar el tercer factor, aquel poder aglutinante de la energía material y espiritual al que místicamente llamamos ALMA.
 
Todas las formas de la Naturaleza poseen un Alma que las dota de conciencia y de un impulso vital, dinámico e irresistible que las orienta hacia un definido propósito de redención o, si Uds. lo prefieren, de perfección. Sin embargo, la redención y la perfección no constituyen metas rígidas o estáticas, sino que son antesalas de mayores conocimientos y realizaciones. Por lo tanto, cuando hablemos de Arquetipos en relación con las formas geométricas hacemos referencia a un estadio de perfección orientado siempre a nuevas y más esplendentes perfecciones. De ahí que la perfección que no constituye un fin en sí misma sino que es un eterno movimiento hacia más elevadas realidades, no está condicionada a meta definida alguna, ya que una vez la Naturaleza ha realizado el milagro de un Arquetipo, en el nivel, plano, reino o especie que sea, abre automáticamente la perspectiva de nuevos y más esplendentes Arquetipos o Modelos a realizar.

Los Ángeles en la vida social humana, Pág 26

La Atención hacia el Corazón

El contacto consciente con este Ángel de la Presencia, portador de la Paz, la Majestad y el propósito de la Vida del propio Logos Solar, es la necesidad inminente del aspirante espiritual moderno, de todos aquellos que sientan en su corazón la impresión de lo grande e inmaculado, la potencia indescriptible del misterio que ocultan en su interior.
 
No podemos ni debemos ofrecer “métodos de acercamiento”, sistemas de disciplina”, ni “caminos de perfección”, cuando nos referimos a ese estadio particular de la conciencia del hombre en pos de la estela gloriosa del Ángel Solar. La conciencia del hombre moderno en su triple vertiente espiritual, social y humana ha de sumergirse en la integridad de su propio destino, y recorrer el sendero glorioso hacia la luz, siguiendo las directrices de su propia intuición, siendo la intuición el conjunto de valores espirituales atesorados en el corazón a través de las edades, que deben ser RECORDADOS más que aprendidos. Damos aquí un indicio mayor de lo que puede ser la actividad serena de la vida de los aspirantes.
 
Nunca como ahora será preciso atenerse a las gloriosas máximas de “Luz en el Sendero” resumidas en la percepción del “Grito lejano”, aquel grito, que es la voz del Ángel Solar rasgando desde tiempos inmemoriales los éteres del espacio interior tratando de llegar a nuestros oídos.
 
De ahí que el único sistema de acercamiento consciente al Ángel Solar de nuestra vida, a nuestro primero y único Maestro, es mantener el oído atento, delicadamente sensibilizado por un gran número de silencios, constante y persistentemente orientados hacia adentro, hacia aquel centro de conciencia que arranca en forma de vida desde el corazón, penetra en la mente y desde allí asciende hacia arriba, hacia las más elevadas cumbres de nosotros mismos, borrando con su estela de luz el recuerdo de pasados errores, de deseos inconsumados y de todo germen de pasión humana.

La Jerarquía, Los Ángeles Solares y la Humanidad, Págs. 31 y 32