Una nueva conciencia

Yo les estoy diciendo y soy reiterativo: apártense del ruido, busquen la quietud, ampártense en el silencio, porque es aquí donde está la Paz del hombre, por lo tanto vayan ustedes siempre donde exista quietud; no permitan que se entrometan dentro de ustedes las fuerzas de los acontecimientos temporales, los ruidos discordantes, los malos pensamientos, la ola pornográfica dentro de la cual estamos inmersos; y que adquiramos en consecuencia, la gloria de la acción creadora; que dejemos de imitar, que podamos construir, y para crear hay que empezar aquí y ahora. 

No crearemos con la secuela, con el rosario de recuerdos del pasado, que han creado confusión y todos los males que vemos en la sociedad. No pensemos en un futuro de promisión porque estamos aquí, pensemos en el presente, estamos en el presente, no estamos ni antes ni después, estamos ahora. ¿Y cómo estaremos aquí y ahora si no estamos muy atentos? Siempre será el mismo mensaje. ¿Quieren ustedes comunicarse con el Ángel Solar? Estén en el presente. ¿Quieren establecer contacto con el Maestro? Vivan el Eterno Ahora. ¿Quieren ustedes ponerse en contacto con las fuerzas divinas de la naturaleza? Estén en silencio… y solamente estarán en silencio cuando vivan aquí y ahora, ni antes ni después; el pasado y el futuro son ilusión, sólo hay una realidad y esta realidad es el presente; este presente exige toda nuestra atención y hay que volver al presente constantemente. Cuando nos demos cuenta de que la mente se va al pasado, vuelvan al presente; cuando se va al futuro, vuelvan al presente. Hasta que el presente sea espontáneo, sin esfuerzo, como los Maestros, como los grandes discípulos, pues el germen del Maestro, el germen del propio Dios está en nuestro corazón.

La Venida del Instructor del Mundo

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Dense cuenta, hablamos de conciencia individual, pero, tal como dice el Maestro Tibetano: del nacimiento del desapego tiene que surgir una conciencia nueva en la vida de la humanidad. Esta es la conciencia social de nuestros tiempos, en que el hombre cuando está afanosamente ligado a su propio ser, está utilizando el antakarana individual y, naturalmente, sin darse cuenta, es algo separativo, hablo siempre en  términos de síntesis. No voy a explicar ahora cosas que están ya en los libros esotéricos, sino que cuando llega este punto de fricción o de explosión de vida interna del individuo, cuando asciende el nivel de la conciencia, existe al mismo tiempo una conciencia social plenamente despierta, y el hombre no puede ser jamás antisocial, no puede dejar de amar a sus semejantes, no puede dejar de amar ninguna de las cosas creadas por la Divinidad, está en aquello, es aquello, vive en aquello, y por primera vez sabe el significado íntimo de aquella gran frase: En Él vivimos, en Él nos movemos y en Él tenemos el Ser, que cualifica la vida de cualquier iniciado, que es al propio tiempo un testigo de la Luz y un servidor del Plan.


Conferencia 1 de abril de 1981