Hay que admitir también que un deva no puede ser debidamente contactado utilizando el método normal de acercamiento mental concreto que utilizamos en relación con las cosas y hechos corrientes de la vida. Hay que educar pues un tipo de mente que sea asimismo sencilla y altamente sensible.
El culto al silencio y a la contemplación, aún en sus iniciales etapas, puede ayudarnos en nuestros intentos de aproximación al mundo de los devas. Hay que tener presente que en etapas superiores de entrenamiento espiritual le es exigido al discípulo una silenciación total de todos sus deseos y pensamientos para que pueda oír aquello que en lenguaje místico se denomina ‘voz del silencio’ «.
La Jerarquía, los Ángeles Solares y la Humanidad, 1º edición digital, p. 143.