Autoconciencia

 «…la conciencia que tenemos del plano físico tarde o temprano tiene que ser la conciencia astral o la conciencia mental o la conciencia búdica. Es decir, que los planos que aún nos aparecen como subjetivos cuando adquiramos la autoconciencia serán plenamente objetivos.»

Aspirando a la Iniciación, 26 de noviembre 1981

Pero, ¿qué sucede cuando una persona esta soñando? De acuerdo con aquello que siente profundamente, extrae, por Ley de Vibración, todas aquellas circunstancias, hechos e imágenes que pertenecen al colectivo de la Raza, las experiencias de los millones y millones de seres humanos que han realizado y están realizando su evolución en el planeta Tierra.
 
Y todo esto sucede dentro de la entidad Espacio, a la cual nos estamos refiriendo constantemente. Ustedes dirán: «Existen muchas clases de sueños», yo les diría a ustedes que existen muchas clases de soñadores, porque la evolución marca la pauta del sueño. Así tenemos los sueños corrientes, donde el alma, siguiendo sus intenciones, absorbe del caudal colectivo de la Raza aquello mediante lo cual realizará sus aspiraciones durante el periodo del sueño.
 
También están los sueños claros, aquellos que se inician con la conciencia de la persona que se da cuenta de que está realmente soñando. Este darse cuenta es el principio de la autoconsciencia en el sueño, lo cual significa que el sueño desaparece y se convierte en vivencias en otra dimensión.
 
En la primera estancia de SHAMBALLA éste es el estudio asignado a los neófitos. ¿Qué significa esto? Que se le corta el amarre que tiene sumergido en el inconsciente colectivo de la Raza y automáticamente el alma va dejando su subconsciencia racial hasta que llega un momento en que se individualiza en el plano astral o en el plano mental. Entonces tenemos aquello que esotéricamente llamamos la continuidad de conciencia.
 
La continuidad de conciencia implica darse cuenta conscientemente de que se está en el plano astral o de que se está en el plano mental. Aquí sucede un hecho curioso, y es que la persona que tiene autoconciencia en el plano astral, en la cuarta dimensión, deja automáticamente de soñar, el sueño ya no existe, existe una serie de realidades y de percepciones que pertenecen a otra dimensión, que son las que capacitan para la Segunda Iniciación.

 “Magia Blanca” 1ª Edición Electrónica, página 40