Porque hemos leído, porque se nos ha explicado que el servicio es la base de la espiritualidad. No nos damos cuenta que a veces este afán de servicio encubre un punto de soberbia, de que la gente reconozca que estás haciendo algo por la humanidad, o por la Jerarquía.
Entonces, el dilema del discípulo es vivir en forma radiante, más que en pretender realizar un acto de servicio en el mundo u otro nivel, porque lo que decía el Maestro en cierta ocasión es que el hecho de pertenecer a un ashrama ya es un acto de servicio, porque has tenido que desprenderte de muchas partes groseras de tu personalidad, y entrar en unas zonas de amplia resonancia espiritual, o de alta frecuencia vibratoria, dentro de las cuales existe un campo magnético apropiado para ayudar a los demás sin que se den cuenta de ello. «
¿Cómo Servir?, conferencia 14 de Enero de 1982.