Confianza

“…incluso las posesiones espirituales también están actuando en nosotros en forma de seguridad: la seguridad en el Maestro, la seguridad en las propias fuerzas, llega un momento en que todo eso se pierde, o debe perderse, y el proceso avanza muy rápido si uno empieza a perderse ahora, como decía San Agustín: “Hay que morir cada día un poquito para encontrar la vida eterna”,…”

Discernimiento y Atención, conferencia 11 de febrero de 1982

Tales auras de resplandeciente LUZ, que ha justificado su designación esotérica por parte de los cualificados investigadores del mundo oculto, les rodea de un halo inconfundible de respeto y confianza cuando son contactados por las personas «que acaban de traspasar el velo de la materia», las cuales, en aquellos momentos, se hallan llenas de confusión y desconcierto. Aparecen en el momento justo, cuando el alma, por razones kármicas, debe abandonar el cuerpo físico y restituirlo a la Madre Naturaleza que se lo confió en el momento cíclico del Nacimiento. Tal como puede leerse en «El Libro de los Iniciados» en relación con estos Resplandecientes Devas.