El Corazón de Dios

Hay un “Centro de Sensibilidad Cósmica” definida esotéricamente EL CORAZÓN DE DIOS, hacia el cual tienden o gravitan aparentemente las humanidades de todos los planetas dentro del Sistema Solar “en donde vivimos, nos movemos y tenemos el ser”, desde donde se proyectan las energías del AMOR, substancia creadora de nuestro Universo de Segundo Rayo.
 
El motivo esencial de la vida de todo ser humano es este centro cósmico de Amor y la energía que del mismo dimana produce el fenómeno de la SENSIBILIDAD, el estímulo supremo de la evolución; pudiendo ser catalogadas todas las conciencias o almas en evolución dentro del Universo, o del planeta, por su grado de acercamiento a la Vida cósmica, o sea, por su grado de sensibilidad a lo más elevado.
 
En lo que al ser humano concretamente se refiere, la expansión de esta sensibilidad innata del corazón que se propaga o extiende a todo su equipo psicológico y a todos sus niveles de percepción y de contacto, se la define técnicamente como fraternidad, siendo este sentimiento indescriptible de fraternidad la base misma de la Creación del Universo, es decir, que la Creación no es esencialmente mental en lo que a nuestro Sistema solar se refiere, aun cuando sea la Mente la que prepara y confecciona sus ocultos diseños y arquetipos, sino que es la vida del Corazón la que en un potentísimo e incomprensible impulso cósmico de Amor se introduce en la Mente y la capacita para crear. La imaginación creadora, sobre la cual tanto énfasis deposita el hombre intelectual, no es una cualidad de la Mente sino una función viva del Corazón.
 
Extracto del libro “Conversaciones Esotéricas”, 1ª Edición Electrónica, páginas 48 y 49.