Esto es la serena expectación (I)

Hay que recordar pues, no aquí —señala el cerebro—, sino aquí —señala el corazón— en estos momentos, que no sea sólo un registro memorial sino que constituya una experiencia y que cuando ustedes hablen de serena expectación a otras personas, no les digan que viene motivado por un método o un sistema o una disciplina, sino porque ustedes están simplemente atentos, observando tan atentamente que ya no puede existir espacio vacío entre ustedes y cualquier interlocutor, sea de la clase que fuere, incluso observando una planta, una flor, un árbol.

Si están atentos percibirán la vida del árbol que es la vida del propio Dios, y si están ustedes deleitándose  con el perfume de una flor, no den movimiento mental a esta flor, experimenten el perfume; esto es precisamente lo que se intenta en la Nueva Era a través de la serena expectación; y la atención, como decía, nada tiene que ver con la mente, la mente es sólo el receptáculo de la atención, la atención está arriba; es el espíritu.

Por tanto ¿qué sucede cuando están ustedes muy atentos? que la mente desaparece porque no es la mente la que está fraguando la atención sino que es un vehículo vacío, lo cual quiere significar que está lleno de plenitud a través de la cual el espíritu se pone en contacto con todo cuanto le rodea y esto es serena expectación.