Invocación y evocación

Podría añadir quizás dentro de este orden de ideas que el hombre habla (el sentido creador del Verbo) y que el deva escucha (la Voz del Silencio). El hablar y escuchar, la invocación y la evocación, armoniosamente compenetradas constituyen la síntesis de todas las cosas existentes. Pero, esta compenetración natural entre los hombres y los devas sólo puede provenir del esfuerzo humano por silenciar progresivamente sus apetencias personales y del creciente desarrollo de sus poderes invocativos.

Respecto al discípulo debemos indicar que el resultado de sus esfuerzos de apaciguamiento mental-espiritual es la conquista de la intuición, siendo ésta el Antakarana o vehículo de luz superior por el que asciende a las sublimes alturas donde establece contacto con el Maestro, con su propia Alma inmortal, con sus condiscípulos del Ashrama y con los Devas, las fuerzas vivas de la Naturaleza.
 
De cada una de estas Fuentes superiores recibe el discípulo las inspiraciones precisas y el poder necesario para manifestar ostensiblemente en la vida la gloria revelada de un perfecto Hijo de Dios, gloria hacia la cual tiende incesantemente dejando en cada recodo del Camino jirones de honra y de bienes personales.
La Jerarquía, los Ángeles Solares y la Humanidad. 1ª Edición electrónica, pág 145