La Sagrada Regla de Oro

Hay que reconocer, por tanto, ya que de no hacerlo avanzaremos muy lentamente por el Sendero de la Evolución, que los Ashramas de la Jerarquía, a los que todos sin excepción deberemos acceder algún día, han seguido fielmente aquella Sagrada Regla de Oro, la cual está basada en la comprensión del significado intimo y profundo del SILENCIO DEL CORAZÓN que permite a los verdaderos discípulos «ver y oír» en los mundos invisibles y, más adelante, cuando la palabra haya perdido para siempre la posibilidad de herir, adquirir el poder de «invocar a los dioses inmortales», es decir, a los Ángeles o Devas que realizan su evolución paralelamente a la de los seres humanos.
Podríamos decir al respecto que algunas de sus esplendentes Jerarquías están tan íntima y estrechamente unidas a la vida de la humanidad que pueden intercambiar sus experiencias angélicas con aquellos hijos de los hombres que posean sensibilidad espiritual y hayan desarrollado en una cierta medida el amor a la Raza. Según se nos dice esotéricamente, algunos de estos Ángeles pasaron anteriormente por la evolución humana y son «tan extraordinariamente conocedores de la psicología del hombre» que saben de sus más ocultos y profundos deseos y de sus más elevadas aspiraciones. No es en vano, pues, que en literatura esotérica se les denomine con justicia «Ángeles Familiares».
 
 “Estructuración Dévica de las formas”, pág 28 1ª Edición electrónica