“Es lógico comprender, por tanto, que una parte muy importante en la evolución espiritual del hombre es el reconocimiento de que su triple vehículo: la mente, el vehículo emocional y el cuerpo físico, son una creación angélica en la que él sólo ha contribuido con la aportación, a menudo inconsciente, de sus pensamientos, deseos y acciones acumulados en su cuerpo causal en forma de cualidades psicológicas.”
La Estructuración Dévica de las Formas, 1ª edición electrónica, p. 17
El Silencio y la Palabra Nos hallamos, como verán, al principio de un nuevo orden de cosas y al borde de unos grandes y profundos cambios en el orden social y humano, debidos a la presión ejercida por la Constelación de Acuario sobre la totalidad del planeta.
Pero, no olvidemos en ningún momento que tales transformaciones individuales y sociales no adquirirán aspectos positivos de identidad planetaria si no entrevemos en una cierta medida la influencia de los Ángeles, de los Devas o de las Energías Individualizadas de la Naturaleza en la vida de la humanidad.
mística de la humanidad pueden ser medidas en términos de paz, quietud y recogimiento. De ahí que los Ángeles que viven, se mueven y tienen su razón de ser en tales niveles son denominados esotéricamente «Los Ángeles del Silencio».
Esta realidad será difícil de ser aceptada por nuestra mente concreta, sujeta constantemente a la presión de las cosas objetivas y tangibles de la Naturaleza, pero cuando la vida psicológica del ser humano ha desarrollado en una cierta e importante medida «el amor de Dios», muy distinto en verdad de lo que llamamos “amor humano», la idea anteriormente expuesta empieza a tener un pleno y absoluto significado y se llega a la comprensión clara y concluyente de que las «meditaciones