Yo les diría en primer lugar que no se trata de realizar grandes esfuerzos ni de someterse a agotadoras disciplinas, tal como ocurre cuando se trata de practicar determinados ejercicios de Yoga o algún especial delineamiento meditativo. Toda la actividad individual deberá circunscribirse a la facultad de ATENCIÓN, perseverantemente sostenida hacia todos los acontecimientos temporales que constantemente se producen y también hacia aquellos fúlgidos destellos espirituales que surgen de la Vida interior.
Ustedes quizás le llamarán a esta actitud “una nueva disciplina”, pero yo prefiero llamarla “la norma natural de vida”, una norma serena que está de acuerdo con la ley natural ya que la Vida, en toda su infinita profundidad, es un resultado de la ATENCIÓN suprema del Creador y de Su inquebrantable Voluntad de SER y de REALIZAR.
Conversaciones esotéricas, p.73, 1ª edición electrónica.