“…como técnica le voy a decir una que es para todos los rayos: no desperdicien un sólo minuto y traten de estar atentos a cuanto ocurra a su alrededor. No deje que pase un pensamiento por su mente sin analizarlo, a fin y al efecto de que aquel pensamiento que quizás lleve un mensaje kármico pueda ser, no destruido, sino analizado completamente hasta que la mente quede realmente vacía, solamente cuando la mente está vacía es cuando puede llenarse de esa plenitud de la naturaleza, de ese sentido creativo de los valores del espíritu.”
Se dice también, y esto concuerda también con todo cuanto hemos dicho hasta aquí, que si el individuo vive conscientemente, su cuerpo se transformará también en luz, porque la luz existe ahora y la estamos apagando siempre con la idea del pasado o con la imaginación del futuro. Vivimos de esperanzas, de deseos y de temores, pero nunca acabamos de vivir de realidades objetivas, siempre estamos tratando de hacer una cosa espectacular, sin darnos cuenta de que lo más sencillo, lo más a nuestro alcance, es la liberación. ¿Y cuál es la liberación? El contacto, la relación, la relación correcta, la atención. Esa atención que ustedes están depositando en mis palabras es realmente liberación, es acción pura, y dense cuenta de que en ciertos momentos en que la atención de ustedes ha estado realmente unificada, se ha producido un vacío, y que este vacío es síntoma de que realmente ustedes se están liberando.
Conferencia 2 de Abril de 1977
Es por tal motivo que muchas veces he insistido en el hecho de que no deben preocuparse mucho si algo no es comprendido de inmediato, porque la mente intelectual no puede comprender ciertas verdades, pero el corazón comprende todas las cosas porque contiene en sí una vinculación, digamos, con el espíritu creador de la propia naturaleza humana y con el propio Dios. Por lo tanto, la atención en el corazón es la que señala el camino y que marca el compás de lo que tenemos que hacer, es la regla de la conducta y la expresión de lo mejor de nuestra naturaleza.
¿Se han dado cuenta de que ahora estamos tratando de vivir y no simplemente de conocer, y que el tremendo desafío de los ashramas en nuestro tiempo no es que tengamos más conocimientos esotéricos sino que poseamos una conducta realmente social? Si nos damos cuenta de esta situación, sin negarle su valor al comentario, al conocimiento, a la discriminación, entraremos en zonas de alta confluencia espiritual y nos sentiremos con algo que no poseemos, nos sentiremos en paz con nosotros mismos. El conocimiento por sí, por su propia naturaleza, no libera, sino que enseña un camino. Yo creo que todos poseemos tanto conocimiento que la diversidad de conocimiento y tantas técnicas que están sometidas a nuestra consideración, nos han ido apartando progresivamente del camino de la acción. De ahí que el conocimiento esotérico si no está siendo vigilado completamente se convierte en algo que dificulta la acción, y esta acción debe ser creadora y debe constituir el principio de vida, aquél que hizo exclamar a Pablo de Tarso que “El Reino de los Cielos puede ser arrebatado por la violencia”, se refería no al conocimiento de un hecho sino a la participación directa de un hecho. Se puede llegar por la voluntad allí donde el entendimiento no puede llegar, y se puede llegar con el amor allí donde nunca llegará la voluntad.
Así que para mí, y creo que también para ustedes, la acción es importantísima, el hecho de que estén ustedes escuchando atentamente puede ser la motivación suprema de una acción, y ahí podemos, de verdad, empezar a interesarnos probablemente por el camino directo que va a nuestro ashrama, el de la atención, atención hacia todas las cosas que pasan por nuestro campo visual y el campo de percepción de nuestro pensamiento. Esto debe motivar una alteración total del ritmo de la vida actual y situar al individuo en un plano absoluto de mediador entre las fuerzas cósmicas y aquel vacío que puede representar en su vida social la actividad que pueda desarrollar su naturaleza.
Conferencia 2 de Abril de 1977
“… cuando hablamos de la perfección, la idea humana no mira hacia sí misma sino que se proyecta hacia el Creador, porque en Él adivina la perfección, y me pregunto: ¿por qué no empezamos también, -aprovechando que tenemos a nuestro alcance y podemos utilizar correctamente la clave de la analogía- a pensar en la propia perfección como algo que debe ser aquí y ahora, y no esperar un futuro lejano, y dejar de recrearnos ya en sueños utópicos o en un misticismo extravagante?. Ahora es el momento en que podemos pensar en términos de perfección humana y, naturalmente, al pensar en términos de humana perfección, ya estamos, sin darnos cuenta, poniéndonos en contacto con algún grupo iluminado de seres humanos que están vinculados con un departamento u otro de la Jerarquía Planetaria. Ahí está el problema, y quizás esto no sea simplemente una idea sometida a la consideración de ustedes, sino que puede ser un tremendo desafío a su calidad de investigadores esotéricos. Entonces, podemos audazmente penetrar el sentido de las cosas arrancado del corazón y tratando de investigar la meta más lejana, atrás (quedan) todos los intermediarios, y darnos cuenta que realmente podemos hacerlo porque participamos de una misma comunión y todos estamos de una u otra manera vinculados a algún Señor de Rayo, a algún planeta, y pertenecemos también por ley a la Vida y a la propagación de poder del Señor del Universo.
Conferencia de 2 de abril de 1977
Les invité a seguir para nuestro estudio esotérico la regla mística de los iniciados, con aquellas cualidades básicas que constituyen el propósito de vida de todo ser nacido, que es el querer, el saber, la audacia en la búsqueda y, finalmente, el silencio, la humildad. Con estas cuatro cualidades, la del interno propósito perseverantemente sostenido, con la sed de conocimiento superior buscado siempre en forma impersonal; la intrepidez o la valentía, la audacia en penetrar en las regiones desconocidas de la conciencia; y finalmente, aquella silenciosa humildad del hombre que ha conquistado una verdad y se limita a reverenciar a la Divinidad y no se vanagloria de aquella verdad contenida en su interior ya como fruto de una experiencia. Teniendo ya como base la de nuestra búsqueda interior este propósito sostenido, esta sed de conocimiento, esta intrepidez en la búsqueda y esta humildad sostenida también, vamos a analizar aquello que constituye la esencia, la raíz, la interrogante de todo ser humano cuando en determinado momento de su vida se pregunta quién es, de dónde proviene y a dónde se dirige.
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Bien, siguiendo el proceso analítico de la analogía hermética, hoy estudiaremos lo que puede ser el principio del 4º Reino de la Naturaleza, de lo que es el reino humano, teniendo en cuenta que todo cuanto vamos diciendo no debe ser interpretado en forma intelectual, siguiendo un razonamiento más o menos lógico, sino tratando de profundizar en aquel océano desconocido de verdad que es la intuición. No acepten tampoco nada de lo que se diga aquí por el hecho de que tengan confianza en la persona que está exponiendo tales ideas, sino teniendo en cuenta el que si algo es verdad, la verdad se sostiene por sí misma, no necesita defensores. Por lo tanto, solamente hay que seguir muy atentamente todas y cada una de las ideas que iremos exponiendo y tratando, dentro de esta atención, de dejar que la mente intelectual quede automáticamente paralizada o suspendida en sus funciones a fin de permitir que la atención sea tan profundamente analítica que pueda comprender si realmente hay verdad o, por el contrario, hay una deformación de esta verdad en estas palabras.
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“…tengamos en cuenta algo muy importante, todas las modificaciones de conciencia que se notan actualmente en la humanidad, todo cuanto vemos de desastroso por doquier, nuestras propias tensiones, la inquietud, el miedo, la intemperancia, y el escaso dominio que tenemos de nosotros mismos, viene provocado en parte -y no es para justificarnos- por el hecho de que nuestro Logos Planetario al cabo de veinte millones de años está accediendo a la cuarta iniciación, y ahora está desarrollando una conexión entre este centro y este [señala en la pizarra] y como que la cuarta iniciación, místicamente hablando, corresponde al misterio de la crucifixión de Cristo, nos daremos cuenta que ahora estamos en el centro de las más grandes tensiones que ha vivido la humanidad en toda su historia. Digo, que no es para justificar, sino para que seamos conscientes de nuestra propia responsabilidad, teniendo en cuenta que siendo unas expresiones, por así decirlo, del Espíritu Santo, teniendo una mente analítica que nos permite pensar con toda la fuerza de la razón y del entendimiento, más un corazón que se va desarrollando, digo, debemos adquirir la responsabilidad de trabajar en favor de esta cuarta iniciación, y no quedar detenidos como estamos haciendo constantemente en el aleteo de las pequeñas emociones, en los pequeños problemas que tenemos, sino que como buenos aspirantes espirituales debemos de desarrollar aquel fino sentido de observación de todas las cosas que nos permita adueñarnos del tiempo y convertir el tiempo en una expresión de la naturaleza divina.”
Conferencia de 12 de febrero de 1977
Así pues, cuando en el aspecto de rayo nos estamos refiriendo a yoga, a meditación o a mística, estamos diciendo de una manera muy clara y determinante que estamos tratando de amar, de servir y de sacrificarnos. Ya no se trata pues del pequeño momento que tenemos en la vida para realizar la meditación, eso lo hacemos habitualmente, diez minutos, un cuarto de hora, media hora, una hora, y hay quien está muy contento con dos horas de meditación, sin embargo, cuando adquirimos la técnica de la meditación desde un punto de vista eminentemente cósmico estamos tratando de servir durante todo el proceso de nuestra vida cotidiana. Así que ya no se trata de un momento aislado del tiempo dentro del cual tratamos de ponernos en contacto con la Divinidad, sino que tratamos de estar constantemente en contacto, en comunión, con todos los seres humanos que son los Hijos de Dios, y a esto yo le llamo técnicamente la verdadera meditación, o conciencia meditativa. Ahora ustedes me preguntarán cómo hay que meditar, qué es la meditación de acuerdo con los rayos, qué es lo que hay que hacer para que la programática del arquetipo hacia el cual incesantemente nos estamos proyectando pueda determinar en nuestra vida un cauce tan poderoso por el cual pueda circular nuestra propia energía de rayo. Pues bien, si estamos atentos al proceso de nuestra vida, no aislando unos momentos del tiempo para la meditación, o para las prácticas del yoga, sino que nos dedicamos exclusivamente a vivir atentos a todo cuanto ocurre a nuestro alrededor, sin dejar fisuras en la mente, sin dejar que en el pensamiento se introduzca el entretenimiento vano, nos daremos cuenta de lo que es realmente meditar, de lo que es vivir en contacto con esta realidad que todos sin distinción estamos buscando y que llamamos la Divinidad.
Conferencia de 12 de diciembre de 1976