¿Qué hay que entender por liberación? (IV)

La adaptación serena al curso sereno e inmutable de los hechos kármicos que se van realizado es un eterno devenir, “un dejarse moldear” por el Alfarero divino de nuestra vida, quien sólo puede actuar si nuestro barro es blando, maleable, flexible… Una mente serena y tranquila y una sensibilidad emocional abierta totalmente a las grandes corrientes astrológicas de manifestación cíclica es la base de la Realización individual. Un vacío de indecisión en el estado de “expectación serena y de atención profunda”, puede conducir a la estéril lucha con los frutos inconsumados del pasado, es decir, con las incidencias kármicas gravitando sobre nuestra vida…

Conversaciones Esotéricas, 1ª Edición digital, pág 143

La liberación final, o la entrada del ser humano en el Reino divino, tiene lugar precisamente cuando “los últimos rescoldos del cuerpo solar se ha fundido en el crisol misterioso de los hijos del espacio, una especie particular de devas que asisten en todo proceso de Iniciación”. Lo que sigue ya es conocido; el Maestro de Sabiduría o Adepto entra a formar parte de la Jerarquía planetaria como un Agente consciente del Logos planetario, en virtud de su unificación con la chispa divina que llamamos Mónada o Ser esencial espiritual.