El verdadero servicio es una flor del corazón, dentro del cual deberás desarrollar alguno de sus más importantes pétalos, pero esto lo lograrás solamente cuando tu mente turbulenta deje de inquietarse por el servicio en el devenir de tu existencia kármica. Deja pues de atormentarte y sigue como buen discípulo la regla de oro del silencio que allega humildad y buen criterio.
En el fondo de tus intensos anhelos de servicio puede hallarse oculta la serpiente de la soberbia espiritual, el deseo egoísta de ser reconocido como un discípulo que ha conquistado éxitos espectaculares en su vida espiritual. Analiza bien tus estados de conciencia a partir del sentimiento de humildad y prosigue tu camino silenciosamente, sin pensar en otra cosa que en el bien del conjunto espiritual del que formas parte y en el trabajo permanente de pulir tus instrumentos de manifestación cíclica…
Mis Experiencias Espirituales, p.99