Solemnidad, humildad y sencillez

El conocimiento esotérico ensancha la mente, hace crecer la mente, a más conocimientos más ancha es la mente, y cuando al discípulo intelectual se le dice que hay que dejar todo esto en blanco, que hay que dejar la mente en blanco para situarla en condiciones de recibir el contacto de la intuición y que la intuición nos conecta con los planos cósmicos.
 
Se cree que se les habla de una cosa imposible de realizar, porque estamos apegados a nuestras conquistas mentales y a nuestras posesiones materiales de una manera tan profunda que nos es imposible desasirnos y, por lo tanto, estamos marcando el compás del tiempo sin seguir la ruta de la flecha, que nuestro propósito ha lanzado allá a lo lejos.
 
Estamos tratando de vivir de una manera solemne, tal como es exigido a los discípulos espirituales de la Jerarquía, solemnidad, humildad y sencillez, son términos sinónimos, dense cuenta que cuando existe un gran acopio de conocimientos esotéricos surge audaz, rítmicamente siempre, casi como una consecuencia natural, la satisfacción de la espectacularidad del propio conocimiento y, entonces, nos sentimos líderes, capaces de enseñar a los demás, y sin darnos cuenta estamos penetrando en los caminos resbaladizos del orgullo espiritual y, entonces, el ritmo de la flecha queda paralizado.

Conferencia Barcelona 4 noviembre 1987 «El discípulo y la acción creadora»