«De manera, que al decir que no hay que esforzarse, no hay que pasarse al extremo de decir que hemos de quedar pasivamente esperando que venga a nosotros los bienes del Espíritu Santo, sino que hay que vivir en un estado de tensión creadora. No se trata de estar pasivamente a la espera de algo que no conocemos que ha de venir, sino a la silente espera de los bienes inmortales, sabiendo que tienen que venir por ley, para responder adecuadamente a los efluvios que van surgiendo de nuestra Mónada espiritual, encubierta por tantos velos de materia, de sustancia etérica de los cuerpos sutiles, y trabajar así siempre en un sentido creador.»
La Serena Expectación, conferencia 15 de mayo de 1988