«Se nos dice que si hubiese muchos discípulos radiantes, radiomagnéticos, de ese tipo, digamos, que puede educir de sí gran cantidad de energía pránica, a su alrededor, de una pureza de vida extraordinaria, no se hubiese producido ninguna guerra en los últimos tiempos. Lo que pasa es que el discípulo ha descuidado fundamentalmente su vibración, y se dedica a interrogarse constantemente sobre lo que va a hacer para ayudar a la humanidad, lo cual significa enredarse en las conjeturas de la mente, y realmente poco hace a favor de sus hermanos, y tampoco de la Jerarquía o del ashrama. «
Conferencia 14 de enero 1982