Atención Impersonal

“…en el pasado (…) el discípulo era incitado a la observación constante para no dejarse pasar una, como se dice vulgarmente, entonces tiene que estar atento a su pensamiento, a su emoción, a todo, en una atención demasiado autocentrada, porque lo exigían aquellos tiempos; ahora, a medida que avanza la evolución, la atención se hace impersonal, y significa que es la forma más elevada de atención a que puede aspirar un ser humano en los tres mundos…”

Sobre el Fracaso y la Ley del Discipulado, conferencia en Barcelona, 18 de Octubre de 1984