¿Dónde está el Cristo interior?

Interlocutor. — De todas formas has hablado e insistido muchas veces sobre el tema de la atención, entonces yo creo que en todos estos puntos que has estado comentando, en esa meditación que también has explicado, es la atención para hacer ese camino, ¿no?


Vicente. — Naturalmente. Cuando decía, por ejemplo, que no hay que hacer resistencia a los acontecimientos, me refería a que hay que observar los acontecimientos, no hay que rehuirlos, pero no hay que luchar contra los acontecimientos, no hay que luchar contra nada, porque la lucha forma parte del problema, dense cuenta. Entonces, si dejamos de luchar, el problema no tiene consistencia para que tú puedas resistirlo, desaparece, se esfuma.

Dense cuenta de algo muy importante, estamos aquí tratando de buscar algo que tenemos, y si se dan cuenta de que buscar algo que sabemos que lo tenemos dentro, el problema de buscar algo que es nuestro propio ser. Pues bien, tienen ustedes una noción de este ser, que aparentemente se ha perdido, cuando están muy atentos, cuando están observando serenamente las cosas, cuando tienen serenidad en el corazón y no luchan, entonces, sin darse cuenta, sin pretenderlo siquiera, están entrando en el misterio de la soledad, pues se nos dice que si vino el Cristo fue para redimirnos, yo creo que vino para testimoniar estos estados que el hombre forzosamente tiene que atravesar

Conferencia 1 de abril de 1981