Bastó sin embargo, que mi amable guía pronunciase un indefinible aunque agudísimo mántram para que depusiesen inmediatamente su actitud y se apartasen respetuosamente cada cual a un lado de la puerta. Esta fue abriéndose entonces silenciosamente y penetramos en otra galería menor que nos condujo a una Estancia muy espaciosa e intensamente iluminada, donde se hallaban reunidas muchas personas, todas ellas en místico y religioso silencio. Nadie pareció advertir nuestra presencia, pero mi amigo R., tomándome del brazo me condujo a un lugar determinado donde pude distinguir a algunosde mis condiscípulos más avanzados del Ashrama, quienes me sonrieron muy afectuosamente. Esta fue la primera vez en esta presente vida que penetré conscientemente en uno de los Santuarios secretos de SHAMBALLA. Me enteré a su debido tiempo, de que aquella ‘Estancia’ estaba destinada a infiltrar fuerza y responsabilidad en el alma de los discípulos espirituales del mundo, convenientemente cualificados en el orden interno. (La Fuerza y la Responsabilidad constituyen los dos ejes mágicos de la evolución superior del discípulo, alrededor de los cuales se van tejiendo sus características de Servidor del Plan.)
Cuando están atentos se produce un fenómeno en nosotros, es el fenómeno que están tratando de buscar a través de las disciplinas variadas, todos los yogas y todas las fuerzas mentales que entran en juego en determinados ejercicios, porque cuando decimos: “voy a meditar”, ¿qué hacemos realmente?, estamos separando de la totalidad de nuestro día, unos minutos, una hora, o lo que sea, para dedicarlo a la meditación y, ¿qué hacemos después?, ¿estamos meditando después? Entonces, la meditación no es un recogerse aparte de todo lo demás, y hay que ser muy inteligente para meditar y no quedar preso en la propia meditación.
Es decir, que si vivimos atentamente, siempre, en todos los momentos, llegará el momento en que nos daremos cuenta de que «este yo» que tratamos de destruir porque su base es falsa, se ha convertido en el verdadero Yo superior, es decir, sin darnos cuenta hemos ido pasando de la inmanencia de nuestra humilde condición humana a la trascendencia del propio Dios, no hemos creado esquemas, no hemos creado metas, no hemos creado ejercicios, no hemos creado nada que pueda separarnos de la Verdad, pues el hombre es la Verdad, el hombre es el Camino, el hombre es la Vida, la Verdad, el Camino que conduce a la Vida, y esto somos nosotros, ¿y cómo vamos a crear una disciplina sobre aquello que somos nosotros sin crear al propio tiempo dentro de nosotros mismos una frontera que nos separa de la propia Verdad? Querer a Dios, por ejemplo, desear a Dios, es una dualidad, sólo cuando dejamos de desear a Dios lo tenemos ya, sólo cuando dejamos de utilizar la barrera, la limitación de una técnica, nos estamos acercando a aquello que carece de técnica, a aquello que es supremamente vívido y eterno, y a esto me remito. Si Uds. aquí están atentos, expectantes, cálidamente vibrantes, sintiendo en su corazón esta serenidad que solamente puede producir aquello que está más allá de la técnica, Uds. progresivamente se irán liberando, y entonces se darán cuenta de que en los momentos actuales las técnicas tienen que reducirse al máximo para que impere el deber social, y el deber social es la atención: la atención al hermano, la atención a los grupos, la atención al propio espíritu de uno mismo. Esta es mi opinión que honradamente les ofrezco.
Conferencia de 7 de octubre de 1985
La decisión jerárquica de entrenar a los discípulos mundiales en el supremo arte del contacto angélico y de llegar por medio del mismo a orientar las mentes y corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo hacia el aspecto subjetivo de la Naturaleza, persigue también un objetivo de más profundas y amplias repercusiones que las meramente técnicas del contacto o impuestas por la necesidad de un cambio drástico en las condiciones sociales del mundo. Tal objetivo es la INICIACIÓN, la revelación objetiva a través del ser humano del Quinto Reino de la Naturaleza.
La intención suprema de La Jerarquía Espiritual del Planeta de convertir en MAGOS -en el más profundo, esotérico y místico de los sentidos- a los discípulos mundiales que resistan el fuego eléctrico de la Iniciación, está en línea con el propósito fundamental de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo y el MAGO SUPREMO en nuestro Planeta, en orden a canalizar las tremendas y demoledoras energías que el Señor del Séptimo Rayo a través del planeta URANO, envía sobre la Tierra canalizándolas del centro creador de una misteriosa Estrella de la Constelación de Acuario, haciendo vibrar los éteres del Espacio y poniendo en incandescencia ciertos niveles definidos en la vida de la humanidad y de todos los demás Reinos de la Naturaleza.
La consideración del Iniciado como de un Mago blanco en orden a la evolución planetaria presupone el contacto consciente con determinadas Jerarquías de Ángeles, o corrientes de energía individualizada, que cooperan en el proceso místico de liberación o redención del complejo mundo de las gastadas formas mentales, emocionales y físicas que constituyen la base material, sustancial o kármica de nuestro planeta Tierra.
a) Una corriente de energía de tipo cósmico, más allá del entendimiento humano, proveniente de una Estrella específica de la Constelación de Acuario.
b) Una corriente de energía cualificada proveniente de Aquella misteriosa Entidad espiritual definida en su totalidad como «SÉPTIMO RAYO».
c) Una corriente supremamente dinámica de energía planetaria que fluye de SHAMBALLA, el más elevado Centro espiritual de nuestro Planeta, mediante la actividad indescriptible de Aquella Entidad psicológica conocida en los tratados esotéricos y místicos como SANAT KUMARA.
d) Una corriente de energía espiritual trayendo sensibilidad a la Vida en todas sus posibles expresiones, en respuesta a la actividad suprema de SHAMBALLA, procedente de aquel centro místico del planeta definido esotéricamente como Jerarquía Espiritual o Gran Fraternidad Blanca.
e) Una corriente de energía generada por la propia Humanidad altamente sensibilizada por La Jerarquía y canalizada por los discípulos espirituales y hombres y mujeres de buena voluntad del mundo, en un intento decisivo de establecer paz, belleza y armonía en las relaciones humanas.
f) Una infinita y desconocida corriente de energía angélica surgiendo de los más elevados niveles de cada Plano trayendo nuevos Arquetipos humanos, nuevas y más fértiles semillas de civilización y las bases del nuevo orden social del mundo.
g) Una corriente de energía etérica de alta sutilidad proveniente de los niveles ocultos de la Naturaleza, evolución superior de aquellas potentes e insospechables fuerzas planetarias llamadas esotéricamente «devas de las formas» o «elementales constructores», que han de llevar a la manifestación sustancia material más pura y radiante, mejores y más estilizados cuerpos humanos y ambientes más fraternales en el seno de la humanidad.
Estas siete líneas de actividad en orden al proceso de expansión de las energías planetarias en su totalidad, serán estudiadas lo más científicamente que sea posible en el curso de este Tratado, pero concretándolas siempre en la necesidad del contacto humano-angélico y de acuerdo con la idea de perfección y redención de ciertas definidas parcelas en la vida de nuestro viejo aunque siempre vibrante mundo.