«No se puede penetrar profundamente en la vida espiritual de un Ashrama llevando consigo la rémora de los poderes psíquicos. Estos son de naturaleza astral y no son sino reminiscencias del pasado atlante que arrastran la mayoría de los seres humanos. Desde el ángulo espiritual, tales poderes constituyen todavía un enemigo muy sutil con el cual el discípulo ha de luchar, anteponiendo entre ellos y el propósito espiritual la facultad mental del discernimiento y el poder de la voluntad…»
Diario Secreto de un Discípulo, p 132.